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Evangeline no podía evitar sentir su vida un torbellino salvaje desde que había vuelto a casa. Primero su hermana peleando y casi desnudando a Kirby en el club de Mónica obligandola a ella y a Charlotte a hacer muchas llamadas a los medios con mucho dinero de por medio.
Y luego su hermana entrando a mitad de la noche totalmente agitada. Confesando que había pagado una acompañante para acostarse con el tío de Eleonor y Liam para que firmara la venta pero al final el había terminado más tieso que un pan abandonado dentro de la alacena.
Por si no era lo suficiente, Liam llegó temprano por la mañana abatido por la perdida de su tío con la cereza del pastel que la madre de ambos VanKirk estaba de vuelta a New York
Queriendo conocer a las dos hermanas Carrington. Novia y falsa esposa de su hijo e hija respectivamente.
No había nada más aterrador que conocer a tu suegra que había hecho que dos de sus hijos se alejaran de ella y cambiarán sus apellidos.
—¿Estas seguro que quieres ir?— pregunta Evangeline tomando la mano de Liam—. Quiero decir... Con lo que me has contado, tu madre es una persona... Difícil.
Para Evangeline quien su supuesta figura materna no era un ejemplo saludable de una madre, se le hacía difícil. Aunque con su ambiente familiar era normal no tomar muy en serio a su madre y mucho menos un respeto.
—Dude— aclaró el acariciando con su pulgar el dorso de la mano de Eva—. Pero creo que sería bueno... Tu eres mi novia, quiero que al menos la conozcas.
—¿Seguro?— cuestiona ella besando su mejilla.
—Si, solo que...— nuevamente titubea.
Eva sonríe dándole un apretón de mano.
—Estaremos bien— aseguro Eva—. Porque estaremos juntos.
Los hombros de Liam se relajaron con el toque de su novio. Entonces se inclino para besarla sosteniendo con sus manos ambas mejillas. Esto provocó una sonrisita en medio del besó por parte de la rubia.
—Eso espero— susurró Liam aún nervioso.
Además de ellos irían Eleonor y Fallon, solo que una vez más fingiendo su matrimonio para que concluya la ventana C.A.
No estaría sola al conocer a su suegra de dudosa actitud. Pero se tranquiliza e intenta brindarle ese mismo sentimiento a su pareja sosteniendo sus manos con calidez.
—No creo que sea peor que mi madre, Liam.
Para Evangeline era claro que no había una persona más loca e irresponsable que ella. Al punto de pelearse con su hija en la piscina. Incluso sin querer admitirlo, sabía que de alguna forma no solo se parecía a ella físicamente.
Liam ya había soportado un tiempo con su padre comprando autos en su tiempo para Blake y Evangeline. Ella debía estar dispuesta a hacer lo mismo.
