12 [Te necesité]

82 4 0
                                    

Siempre fui lastimada y amordazada, hasta que llegó el tiempo donde decidí hacer algo diferente, y justo ahí, en ese momento fue cuando mi mente comprendió que no merecía sentirme amada porque era igual a esas personas.

(Capítulo antiguo)








Los medicamentos lograron aliviar el dolor, aunque como es de entender los medicamentos no pueden arreglar mi situación ni sacar de mi mente cada cosa perversa que hice. Solo me tocaba esperar mientras mi madre se encontraba de compras.

Es demasiado incómodo estar aquí cuando hace poco estuve con Tom. No logró entender cuál es mi problema.

Mis párpados no estaban ayudando para nada, cada vez que intentaba levantarme para salir a la sala, sentía mi cuerpo pesado y entumido. Y como si no fuera mucho comencé a alucinar, estaba claro, no había nadie en casa. Escuchó gritos fuera del cuarto, son gritos algo desgarradores, -¿lo raro?- que esas voces son de mis padres, no podía estar equivocada, ¿o sí?

Y con demasiado frío que sentía y mis manos algo temblorosas tome algo de fuerza intentando apoyarme sobre el lavabo mientras controlaba mi ataqué de ansiedad y respiración algo agitada.

Todo paso cuando me enteré que mi madre y Tom se fueron a cenar y quien sabe a que más, me da miedo perderlo, no quiero estar sola de nuevo.

Cuando me encontraba de pie me percaté de que los gritos se detuvieron, me sentía confusa, toda esta situación extraña era confusa, pero solo necesitaba ver lo que sucedía afuera del cuarto de baño. Así que con unas cuantas respiraciones anticipadas tome valor para abrirla, y vaya que lo que vi me hizo sentir que estaba loca.

— No hay nadie. —hablé en voz alta con alguna esperanza de que alguien apareciera, pero solo fue en vano.

Ahora si que sentía que estaba alucinando o que tenía la necesidad de buscarlos, y con algo de temor por lo que podría encontrarme decidí salir para llamar a Tom. Ya estaba oscureciendo y no aparecen ninguno de ellos desde anoche.

— ¿Tom, estas ahí? — pregunté al aire sin obtener respuesta, cada segundo que pasaba sentía un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, y frases y recuerdos vividos vienen a mi mente.

(...)













Flashback

— ¡No me dejes papá! —grité aterrada y aferrada a una esperanza de que mi padre volviera a mi lado.


Justo segundos después de despertar me pude percatar que me encontraba en mi cuarto. No paraba de sudar y mi cuerpo estaba algo inmóvil hasta que pude notar una figura enfrenté de mi.

— Renatta cálmate, esas pesadillas tienen que parar, he hecho todo lo posible para que paren pero... ya no puedo más. —mi madre se acercó a mi con un rostro de preocupación y algo de resignación, mientras con la palma de su mano tocaba mi frente.

Ella esperaba que con los días mis pesadillas a mitad de la noche mejorarán pero nunca sucedió, solo empeoró, al igual que yo.

— Mamá... —estaba asustada y solo necesitaba que mi mamá me ayudará, que me diera algo de amor.

Para ella venir a mi cuarto a decirme que me tranquilizará y tiempo después solo darme pastillas para el sueño, eso era apaciguar mi dolor.

Wicked Game | Tom Kaulitz +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora