02 [Conociéndote]

311 14 16
                                    

Para hablar de sinceridad estamos nosotros, contigo mis palabras fluyen más rápido que con cualquier otra persona, ¿será porque tengo una necesidad de ti? O solo estoy verdaderamente loca.

Mi noche tan aburrida se habría convertido un una total aventura, me sentía en una montaña rusa pero esta solo iba de baja, solo causaba que mi estómago rugiera, sentía como mis emociones revoloteavan cada vez más fuerte que la anterior.

— Renatta, ¿no dirás hola? —me percaté del llamado de atención de mi madre segundos después de notar mi gran distracción, el estar con mi cuerpo quieto pero mis pensamientos en movimiento no era nada adecuado para el momento.

— ¿Tú nombré? — no pude evitar soltar una pregunta tan seca y extraña, pude saludar educadamente como mi madre deseaba pero, ese hombre me distraía, quería saber su nombre de inmediato.

Me percaté de como la expresión del hombre se tornó a una confundida, este solo arqueo una de sus cejas para luego intentar verse como un padre o lo que sea que intentará.

—Tom, esperó nos llevemos bien. — su voz tan sensual, tan ronca, me estaba haciendo llegar a un punto donde no quiero llegar, reconozco mis acciones, siempre he llegado a tener pensamientos por lo esposos de mi madre, pero él, él es todo lo contrarío.

—Claro, seguro que nos llevaremos bien, Tom —mi forma de mirarlo era con toda la intención de provocarlo, hice todo lo posible para que mi forma de mirarlo solo fuera notada por él y así fue. Me daba cuenta que eso lo incomodaba, mi mirada lo incomodaba y adoró eso.


Mi madre se encontraba bastante ocupada buscando su plató deseado en el menú, así que yo solo estaba sentada observando a Tom, el cual solo miraba su celular, para ser sincera si esto es una cena familiar que lo tomen en serio, mi madre allí concentrada y Tom en su maldito teléfono ignorando todo contacto visual de sus ojos con los míos. ¡Una mierda!

—Tom... —antes de hablar tomé un espacio para suspirar mientras observaba sus ojos despegarse de su teléfono. Mi voz habría sonado lo más sensual si mi madre no estuviera. Pero sin darme cuenta los pensamientos contradictorios llegaban a mi a demasiada velocidad, no comprendía mi actitud tan despreciable hacía mi padrastro, ¿qué estaba intentado hacer?, Necesito parar.

Y se que dije que reconozco mis acciones, pero esta no, en verdad lo acabó de conocer y siento que lo conozco más que nadie, esto es extraño de mi parte, no paro de contradecirme y pensar en porque mis pensamientos y emociones cambian tanto por él.

—Perdón, me siento algo mareada —dije con algo de nerviosismo, mi rostro parecía arder, así que necesitaba ir al baño para poder relajarme.

Igual era claro que no estaba pasando nada que me logrará poner de esta forma, pero no lo podía evitar, tan solo su presencia me hacía faltar el aire.

Así que como si fuera poco la manera en que me sentía, al parecer el noto mi expresión y no pudo evitar sacar su lado de héroe o gran padrastro.

—¿Te puedo ayudar?, si quieres te acompañaré, claro si no es problema—su voz fue como un balde de agua fría, la razón por la que literalmente escapaba de ese incómodo momento era él, mis pensamientos de culpabilidad no me dejaban. Sus últimas palabras fueron hacía mi madre, el necesitaba el permiso de ella y solo esperaba que lo negará, no podría controlarme con el a solas.

Wicked Game | Tom Kaulitz +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora