09 [Un atardecer]

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"Despertar, pero sin encontrarte a la persona que te dio un vistazo de algo nuevo, sí, eso es sentirse sola y dormida"

*Sin revisión ortográfica*










Saber que Tom llevaba días sin aparecer me mantenía en una dependencia, ya no tenía con quien obsesionarme y tener juegos perversos, eso es la muerte para mi.

—Hey Renattita, ¿qué tanto piensas? tenemos que irnos. —dijo serena sacándome de mi pequeño trance. Ni siquiera quería ir con ella, es mi amiga pero ni ella podía remediar todo lo que estoy sintiendo.

Mis días en la escuela han sido peores, solo conversaciones sin sentido, cada vez que hablan cualquier tema el único pensamiento recurrente es él.

Mi madre ya sabe su estancia, les costó unos cuantos días volver en su totalidad, mi madre no dejó de estar mal desde que se fue... desde la última noche que sucedió todo eso entré nosotros. Ella no lo sabe, pero fui causante de la ausencia de Tom, esa noche no me reconocí, empeore todo pero estoy bien ahora y quiero que vuelva.

Pero le dijo a mi madre de ir a por él a la casa de Bill, pero como siempre ella dándose de mujer que no necesita a un hombre pero, yo sí lo necesitó, solo y únicamente a él.

—Ya estamos lejos de la escuela, ¿dime que sucede contigo? —sucedé que no paro de pensar en Tom, ya esperé demasiado y mi madre solo quiere ir a verlo en unas semanas, pero no puedo.

Por fin pude soltarlo libremente, llevaba días sin decirlo en voz alta, puede que no sepa muy bien para que lo deseo de vuelta, pero si esta en casa es mejor que sí no.

—Siempre he sido consciente de tu gran gustó y problemita con los hombres mayores, pero no crees que estás yendo lejos, normalmente solo coqueteas y los besas, pero... ¿tú quieres algo más? —serena me observaba con gran curiosidad y temor.

Pero es que ella tiene toda la razón, yo quiero más, siempre quise más, pero nunca estuvo el indicado, pero llegó Tom y estoy totalmente decidida a tener algo con él.

—Eso es imposible, ustedes no pueden tener nada... lo siento— dijo tomando mi mano con un rostro de compasión. Ella no tendría porque sentirse mal, solo hago lo que deseo.

¿Cómo ella podría saber? No, no puede, yo haré lo que se me antojé, que sea mi amiga, no significa que pueda opinar en esto.

Serena no paró de verme, mi silencio la puso algo incómoda pero más le incomodaría mi nueva decisión.

—Ay ay serena, apenas lo conocí en unos días, pero me temo que sí, quiero un juego perverso con él. —su rostro cambió por completo, esperó que haya aceptado que nada va a cambiar, sigo siendo la misma Renatta.

—Bien, somos amigas desde hace mucho, te lo aceptó pero si algo sale mal, ven a llorar a mis brazos— dijo con un rostro algo serio y preocupado pero luego lo relajó dándome una sonrisa juntó con un beso.

En verdad que sus besos son lindos, me siento bien porque me apoye en esta decisión tan loca.

—Iré a buscarlo. —Ve, seguro te espera —dijo soltando una leve risa.

...







Eran unas calles algo solitarias, pero el hermoso día lo hacía diferente, tenían un toqué pintoresco, algo único y solo podría pensar en como de pequeña quise vivir en un lugar así, en alguna casa como estas. Cada anhelo que tenía en mi niñez fue desapareciendo a medida de mi crecimiento. Ya no tenía sueños, solo obligaciones; solo alteraciones de mi verdadero ser.

Wicked Game | Tom Kaulitz +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora