15. La segunda prueba

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Narra Lucy:

Iba caminando con Harry, ambos nerviosos. A lo lejos, vi a Fred con su hermano, quien me sonrió para intentar tranquilizarme. Le devolví la sonrisa, aunque se notaba algo forzada; si todo salía bien, tendría que hablar con él después.

Blaise se acercó junto a Theo, y ambos me abrazaron. Me di cuenta de que Draco no estaba con ellos, así que supuse que no estaría viendo la prueba. Algo en mi interior se molestó, pero al fin de cuentas, lo ocurrido entre nosotros solo fue un juego, y realmente no nos llevamos bien, así que no importa. Me despedí de ellos y avancé junto a Harry y Neville. Harry, nervioso, dijo:

—¿Estás seguro, Neville?

—Totalmente —contestó él.

—¿Una hora, verdad? —preguntó Harry de vuelta.

—Más o menos,—esa respuesta hizo que Harry se pusiera aún más nervioso. Yo añadí:

—Corrígeme si me equivoco Neville, pero creo herbológos discrepan sobre sus diferentes propiedades en agua dulce y en agua salada.—Harry se giró hacia mí nervioso al ver el asentimiento de Neville—Tranquilo, hermanito. Neville solo nos quería ayudar.

—Al menos ha ayudado más que Ron y Hermione.—dijo, le di un golpe suave, y él se quejó, pero luego añadió—Por cierto ¿Dónde están? —Es cierto, no están ni han venido a decirnos nada. Qué raro...

—¡Bienvenidos a la segunda prueba! —comenzó hablando Dumbledore, mientras Harry y yo nos comíamos las branquialgas. Una sensación de angustia se apoderó de nuestros cuerpos mientras hacía efecto en nuestro organismo.—Anoche, algo le fue sustraído a cada uno de nuestros campeones, algo muy apreciado. Estos cinco tesoros, uno de cada campeón, yacen ahora en el fondo del lago negro. Para conseguir la victoria, cada campeón deberá encontrar su tesoro y regresar a la superficie. Y deberán regresar a la superficie en menos de una hora, ni un segundo más. A partir de ese momento, ninguna magia podrá socorrerlos. La prueba comenzará a la orden del cañón.

En ese momento, el cañón disparó y resonó. Harry y yo nos sumergimos en las profundidades del lago negro, las branquialgas nos permitían respirar cómodamente bajo el agua. La oscuridad del lago y la presión del agua a nuestro alrededor creaban una atmósfera inquietante. Nadamos con determinación, siguiendo las indicaciones de Dumbledore sobre la ubicación de los tesoros.

De repente, nos encontramos con criaturas marinas mágicas que nadaban a nuestro alrededor, algunas curiosas y otras hostiles. Mantuvimos la calma y continuamos avanzando hacia el fondo del lago.

A medida que Harry y yo nos adentrábamos en el rincón oscuro del lago, nos encontramos con figuras conocidas flotando en el agua. Entre ellas estaban Ron, Hermione, Alaia, Draco y una figura desconocida de una niña pequeña. Confundidos, nos acercamos, y la situación se volvió aún más tensa.

Cedric apareció y sin dudarlo, tomó a Alaia y la llevó a la superficie. Harry intentó rescatar a Ron y Hermione, pero las sirenas enfurecidas declararon que solo podía salvar a uno. Con una mirada, Harry esperó que fuera yo quien cogiera a Hermione, pero Krum llegó y sacó a la chica a la superficie. Harry me miró con confusión y decepción, comprendiendo la presencia de Draco en ese rincón oscuro. Aunque yo misma no entendía completamente la situación, decidí averiguarlo después. Le señalé a Harry a la niña pequeña; Fleur se había retirado, y nadie podría salvarla, así que entendimos lo que debíamos hacer.

Sin dudarlo, cogimos a nuestros respectivos tesoros y, con la otra mano, cada uno agarró un brazo de la niña. Comenzamos a ascender lentamente. Sirenas y diversas criaturas marinas se engancharon a nuestros pies, y en un momento, miré a Harry, asintiendo antes de empujar a Draco, Ron y la niña hacia la superficie. Luchamos como pudimos contra los constantes ataques, finalmente logramos sacar nuestras varitas y espantar a las criaturas. El efecto de las branquialgas llegaba a su fin, el agua inundaba nuestros pulmones y nuestra vista se nublaba.

Amor Prohibido~ Draco Malfoy y Lucy PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora