La historia de Ruka
Desde que nació, Ruka fue diferente. Las marcas en su rostro, que la acompañaban desde bebé, siempre la hicieron sentir extraña, como si no encajara en el mundo. En la escuela, sus compañeros se reían de ella, la señalaban y la molestaban constantemente. A veces trataba de cubrir esas marcas con maquillaje o con su cabello largo, pero no funcionaba. El rechazo que sentía la fue llenando de tristeza, y cada día se sumergía más en la desesperación.
En casa, la situación tampoco era mejor. Su madre, Liizi, siempre había mostrado una clara preferencia por su hermana menor, Tako. Mientras que Ruka tenía ojos azul aqua, cabello largo y liso, y una mirada profunda, Tako era lo que todos consideraban "perfecta": rubia, con ojos grandes y dulces, y siempre sonriendo. Todo el mundo adoraba a Tako, desde las criadas hasta los vecinos. Ruka, en cambio, solo recibía miradas de reprobación. Su madre incluso llegó a decirle en varias ocasiones que debería intentar verse más como su hermana.
Liizi, que también había tenido marcas en el rostro cuando era joven, las odiaba con todas sus fuerzas. Por eso, cuando Ruka nació con esas mismas marcas, sintió que la historia se repetía. Con el tiempo, decidió someterse a una cirugía para borrarlas de su piel. Después de eso, empezó a presumir frente a Ruka, mostrándole lo "hermosa" que se veía sin aquellas imperfecciones. Esto solo hizo que Ruka la odiara más.
El punto más bajo en la relación entre Ruka y su hermana ocurrió cuando, llena de rabia y celos, Ruka intentó envenenar a Tako. Las criadas se dieron cuenta a tiempo y evitaron la tragedia, pero la situación fue demasiado grave. Liizi, furiosa, envió a Ruka al reformatorio cuando solo tenía nueve años. Ahí, lejos de su familia, la pequeña Ruka no hacía más que sentirse sola, abandonada y sin esperanzas.
El padre de Ruka, Edward, era famoso: un actor, cantante y modelo muy querido por el público. Pero en casa, su presencia era casi inexistente. Aunque intentaba ser cariñoso con Ruka y Tako cuando estaba en casa, su trabajo lo mantenía alejado la mayor parte del tiempo. Él adoraba a Liizi, pero nunca se dio cuenta de la frialdad y el maltrato que su esposa ejercía sobre su hija mayor.
Después de un año en el reformatorio, Ruka regresó a casa, pero las cosas no mejoraron. Tako, siempre tan dulce, corrió a abrazarla al verla, pero Ruka la empujó, diciéndole que su sola existencia era horrible. En una de las cenas familiares, Edward intentó que todos compartieran tiempo juntos, pero Ruka no quería saber nada de su familia. Fue Tako quien, entre lágrimas, fue a buscarla. Le pidió perdón por todo, incluso por haber nacido, y le explicó que ella no había elegido ser como era. Al ver a su pequeña hermana llorando, Ruka sintió una mezcla de emociones. Sabía que Tako era solo una niña y que no era justo culparla por todo lo que estaba mal en su vida. Con el corazón conmovido, abrazó a Tako y, por primera vez en mucho tiempo, sintió que no estaba completamente sola.
Con los años, Ruka encontró un refugio en la música. A los 16, ya componía sus propias canciones y había empezado a cantar junto a su hermana. Fue entonces cuando la agencia Voice&Future la contactó para invitarla a unirse a un grupo de cantantes jóvenes. La propuesta era emocionante: vivirían todos juntos en una casa y tendrían la oportunidad de ser famosos. A Ruka le entusiasmaba la idea, pero su motivación iba más allá de la música. Había un chico en su vida que había sido su mayor apoyo en los momentos más oscuros, y todo lo que hacía lo hacía por él.
A pesar de que la música le daba consuelo, el acoso en la escuela no había desaparecido. Las chicas seguían burlándose de ella por las marcas en su rostro. Solo tenía dos amigos: los hermanos Gen y Gasae. Gen y ella pasaban mucho tiempo juntos, y aunque Ruka apreciaba su amistad, nunca había sentido nada más por él.
Un día, mientras un grupo de chicas se ensañaba con ella en el instituto, un chico de cabello azul intervino. Era Shiki, y con una sonrisa amable, le preguntó si estaba bien. Ruka, con su habitual frialdad, le dijo que no necesitaba su ayuda, pero él no se dejó intimidar. "No tienes que ponerte a la defensiva", le dijo, "estás segura conmigo". Esas palabras dejaron a Ruka sin saber qué responder. Por primera vez, alguien parecía entenderla sin juzgarla.
Con el tiempo, Ruka y Shiki se hicieron amigos, y él la ayudó a aceptarse a sí misma. Sin embargo, ese afecto creció hasta convertirse en una obsesión. Ella lo veía como el único rayo de luz en su vida. Mientras tanto, Gen, su amigo de la infancia, también se había enamorado de ella, pero cuando se confesó, Ruka lo rechazó. Ya estaba enamorada de Shiki, y no podía ver a Gen de otra forma.
El rechazo destrozó a Gen, quien ya estaba luchando con una profunda depresión. Desgraciadamente, unos meses después, Gen decidió quitarse la vida. Ruka, que desconocía el sufrimiento interno de su amigo (su enfermedad mental), se sintió devastada cuando se enteró. Pero su hermana, Gasae, no tardó en culparla por la muerte de Gen. Llena de rabia, comenzó a despreciar a Ruka y a buscar formas de vengarse de ella.
Así, la vida de Ruka se convirtió en una montaña rusa de dolor, amor no correspondido y tragedias que la dejaron marcada, no solo en su rostro, sino también en su corazón. Su relación con Gasae se volvió cada vez más tensa, mientras que su amor por Shiki la hacía sentir más vulnerable que nunca. Cada día era una lucha para encontrar su lugar en el mundo, pero al menos ahora, con la música y algunos pocos aliados, comenzaba a creer que tal vez había una pequeña esperanza para ella.
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JAMÁS VOLVERÉ A DESPERTARME 'ORIGINAL' 2020-2021
RandomUna pequeña historia donde la protagoniza Mikan, en el que veremos cómo intentará confesarse a su amor platónico, Shiki.