CAPITULO 3: VACÍO

3 0 0
                                    

Después de nuestra pequeña discusión, caí de manera torpe sobre Shiki. Me encontraba muriéndome de vergüenza, sin saber cómo manejar la situación.

¡Aaaaaaah! Shiki, lo siento mucho. De verdad, soy tan patosa. Me doy vergüenza, en serio, me disculpo exageradamente, con el rostro ardiendo de pena.

Shiki suspira y me abraza, atrayéndome hacia su pecho. "Ay, Mikan, en serio, no se puede contigo," comenta mientras me pide que me relaje.

Pegada a su pecho, en sus brazos, me siento increíblemente feliz. Lo amo con todo mi corazón, y estar así en este momento es como un sueño hecho realidad.

Shiki, ¿me dirás por fin por qué te alejas de nosotras?", le pregunto, mirándolo con dulzura.

Shiki, con una expresión seria, responde: "Mikan, hay cosas que no se deben contar. ¿Conoces el concepto de privacidad?"

Me entristezco ante su respuesta. "Lo siento," digo, sintiéndome mal por presionarlo.

Él sonríe y añade: "El día que vuelva, te llamaré para que me recojas."

Está bien," respondo, aunque mi sonrisa es un poco forzada, ya que no estoy del todo satisfecha con su explicación.

Nos quedamos dormidos juntos durante un buen rato, pero al despertar al día siguiente, noto que ya no está a mi lado. Me había tapado con una manta y ordenado todo. Shiki ya se había ido.

Me siento vacía y sola, una sensación de soledad que me consume.

Salí de la habitación de Shiki y me dirigí al comedor de la cocina, decidida a preguntar a alguien sobre el paradero de Shiki, ya que, en mi torpeza, no le había preguntado a dónde se dirigía. Sin embargo, al llegar al comedor, me encontré con la desoladora realidad de que no había nadie en casa.

Recorrí la sala, el jardín y otros rincones de la casa, pero la sensación de vacío persistía. La casa, una vez llena de vida y alegría, ahora se encontraba vacía y desolada debido a la ausencia de Shiki.

Shiki solía ser el núcleo que unía a todos nosotros, y su partida dejó un enorme agujero en nuestras vidas.

Finalmente, regresé a mi habitación, pero escuché música proveniente de la habitación de Ren. Me acerqué y le pregunté: "Hola, Ren, ¿qué estás haciendo?"

¡Hola, Mikan! Hoy es un día tan fantástico y especial que estoy celebrándolo con una pequeña fiesta. ¿Te unes? respondió Ren con entusiasmo.

Sus palabras me enfurecieron profundamente, sabía a qué se refería.

¿Cómo que un día especial? ¿Qué tiene de especial que Shiki se haya ido?" pregunté con enojo.

Ren, molesto por mi actitud, replicó: "Si te vas a poner así de pesada, mejor vete a tu cuarto a soñar con él."

¡Shiki no ha hecho nada para merecer esto!" exclamé mientras salía corriendo de la habitación de Ren.

Que no se lo merece. Ni lo conoces, Mikan. Es una de las peores personas que he conocido en mi vida," murmuró Ren mientras cerraba su puerta con furia.

Corrí de regreso a mi habitación, cerré la puerta y me tumbé en la cama, dejando que las lágrimas brotaran sin cesar. Extrañaba tanto a Shiki, y la sensación de soledad y tristeza se apoderaba de mí.

Pasaron tres largos días y la tensión en la casa se hacía cada vez más palpable. Durante las comidas, todos permanecían en silencio, ocupando sus lugares habituales. Ren y Gasea parecían tener una conversación animada que, en lugar de alegrarme, me inquietaba. Mei y Rina comían en silencio, y lo que más me sorprendía era que Rina, generalmente la que alzaba la voz en el comedor, ahora estaba apagada y pensativa.

JAMÁS VOLVERÉ A DESPERTARME 'ORIGINAL' 2020-2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora