Capítulo XIV

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El sol se filtraba a través de la ventana de la habitación de Izuku Midoriya, iluminando su pequeño rincón de estudio. El joven héroe estaba sentado en su escritorio, rodeado de hojas de papel con ecuaciones y problemas de matemáticas. Aunque su mente estaba ocupada con números y fórmulas, sus pensamientos se desviaron constantemente hacia Yui Kodai.

La noticia de la partida de Yui al extranjero había dejado una profunda huella en él. Aunque intentaba seguir adelante con su vida cotidiana, no podía evitar sentir que algo importante se estaba desmoronando. La distancia que se interponía entre ellos comenzaba a pesar en su corazón.

Midoriya suspiró mientras miraba las hojas de matemáticas. Incluso las ecuaciones más complejas eran más fáciles de resolver que los sentimientos que experimentaba. Desde que Yui le había compartido su decisión de irse, su mente se llenaba de preguntas sin respuesta. ¿Cómo iba a lidiar con su partida? ¿Seguirían siendo amigos? ¿O se perderían en la distancia?

Intentando concentrarse en su tarea, Midoriya resolvió otro problema de matemáticas, pero su mente seguía divagando. La tristeza y la incertidumbre amenazaban con abrumarlo, y sabía que debía afrontar sus emociones en lugar de reprimirlas. El sonido del reloj de su habitación marcó el paso del tiempo, recordándole que tenía asuntos pendientes en la academia y con sus amigos.

Finalmente, con un último vistazo a los problemas de matemáticas sin resolver, Midoriya se levantó de su escritorio y se preparó para enfrentar otro día en la U.A. Aunque el futuro era incierto, estaba decidido a hacer lo que pudiera para mantener viva la amistad que compartía con Yui Kodai. Con ese pensamiento en mente, salió de su habitación y se dirigió hacia la academia.

Y así comenzaba otro día en la vida de Izuku Midoriya. Mientras caminaba en dirección a la academia, escucho como alguien pronunciaba su nombre y sintió como tocaba su hombro delicadamente.

Midoriya se giró al escuchar su nombre y vio a Yui Kodai. Una sonrisa se formó en su rostro al encontrarse con su amiga.

—Hola, Yui —Saludó, aunque el tono de su voz reflejaba cierta tristeza.

Caminaron juntos hacia la academia, y Yui decidió romper el silencio con una pregunta en tono de broma que contenía una pizca de preocupación.

—¿Qué harás cuando no esté, Midoriya? Espero que no vuelvas a deprimirte —Sus palabras eran una pequeña broma, pero su rostro neutral no parecía reflejar mucha diversión.

Midoriya se quedó helado. Sabía que debía afrontar la realidad de la situación y tratar de ser fuerte. La partida de Yui era inevitable, y no quería que ella se preocupara por él. Sin embargo, el nudo en su estómago no desaparecería fácilmente, y no podía evitar sentir que algo importante se perdía en su vida.

Midoriya trató de sonreír, aunque sabía que no podía ocultar por completo sus sentimientos —¡No te preocupes! — respondió con un tono de voz más animado.

"Me ayudaste mucho a salir de ese hueco, no me puedo permitir que tus esfuerzos sean en vano".

—intentaré no deprimirme. Pero sí, será extraño no tenerte cerca—

Yui asintió con comprensión, agradecida por la respuesta de su amigo. Ambos continuaron caminando hacia la academia, compartiendo la tranquilidad del momento.

La tristeza seguía latente en el corazón de Midoriya, pero por ahora, estaba decidido a disfrutar de los momentos que aún compartían en la U.A. Sabía que debía mantenerse fuerte y seguir adelante.

ℂ𝕣𝕦𝕔𝕖 𝕕𝕖 𝕄𝕚𝕣𝕒𝕕𝕒𝕤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora