16: ❝Froot Loops.❞

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MinHo cargó al omega en brazos para llevarlo de vuelta a su cama, esperando que no se despertara en el proceso. Afortunadamente, no fue así. Seguía intentando procesar el contacto que tuvo con el lobo del menor, quien pareció darse una escapada cuando el castaño estaba en su sueño más profundo.

Le había agradado, era tierno. Aunque puede que se debiera al sueño.

Quién sabe.

Consideró prudente prepararle un delicioso desayuno, pues tenía el día libre. No tuvo que tomar más píldoras, todos sus males parecieron desaparecer con la simple calidez de JiSung. Francamente le asustaba, pero tampoco iría a quejarse.

Puso a prueba sus habilidades culinarias cuando metió un par de waffles en la tostadora; un éxito total, sin contar los tres primeros intentos fallidos. Estaba encendiendo la licuadora cuando escuchó cautelosos pasos bajar por la escalera; continuó en su labor, sintiendo el pecho inflarse de orgullo cuando al menos su intento de batido no terminó en desastre.

—¿No irás a trabajar? —se hizo notar al alfa que estaba de espaldas, sirviendo su licuado gourmet.

—Me di el día — puso un hondo tazón frente al castaño, quien le miraba con gran extrañeza.

—¿El líder puede hacer eso? —siguió el movimiento de sus manos esmerándose en servir cereales de arcoiris. Froot Loops, los favoritos del omega.

—No, pero aún no soy el alfa líder — le regaló un guiño cómplice, terminando por servir leche—. No has comido bien, así que... Come.

JiSung escaneó todo minuciosamente, sonriendo apenas cuando tuvo una vista completa del torpe intento de desayuno. No dijo nada, únicamente agradeció y se dedicó a comer.

No sentía las energías suficientes para discutir absolutamente nada; entonces, se mantuvo en silencio, debatiendo con su lobo interno si el alfa estaba siendo demasiado dulce, o no, él sólo creía que estaba siendo amable. No hacía falta exagerar.

Incluso si no existían malestares en el rubio, prefirió ingerir su dosis de pastillas como la receta del médico indicaba. Todo bajo una curiosa mirada del castaño, quien no se tragaba el cuento de las vitaminas.

—¿Qué es eso? — quiso saber de nuevo, sin quitarle la vista de encima al cortar sus crujientes waffles.

—Ya te he dicho, vitaminas.

—Me estás mintiendo — canturreó, hundiendo la cuchara en el tazón.

—Soy un alfa, eso hacemos —bromeó, aunque cierto tono dolido rociaba aquellas palabras; se deslizó a través de la cocina, buscando jugo de manzana en la nevera, sonrió levemente al dar con su objetivo.

—Mis padres nos invitaron con ellos, ¿te gustaría ir? — al menos, podrían ir para la cena, o algo.

—¿Tengo opción? — murmuró ligeramente fastidiado, sin reales ánimos de salir fuera del terruño.

—Si te estoy consultando es porque claramente la tienes — bufó, consiguiendo una mirada arrepentida—. Pero entendido, ya sé la respuesta. No hay problema.

—No, está bien. Vayamos.

—Así déjalo, iré al jardín —anunció antes de abandonar la cocina, esperando que el aire matutino despejara sus ideas. Lo necesitaba.

Un despejado cielo azulado le saludó en el jardín, dándole un rayito de esperanza a la cordura. Creyó acertada su decisión de salir; el aroma a primavera, aminoraba el amargo de la vainilla y el agrio de la piña. Aquí afuera, no parecía existir su raza.

Jamás deseó tanto ser un beta, como ahora. Tener una vida normal, y ahorrarse todo el teatro. Tendría que comprar neutralizadores y usar maquillaje, hasta ahora era su mejor opción para que nadie supiese que su lobo estaba enfermando.

❝Amour Plastique❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora