Capítulo 4

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Después de asimilar el hecho de que ahora tenía la apariencia de una adolescente, Diana intentó salir del baño, pero pronto se dio cuenta de que su vestido y tacones le quedaban enormes, como una joven que se probaba la ropa de su madre.

Justo cuando estaba a punto de salir del baño, la directora entró. Al ver a Diana con el uniforme de maestra, la directora se sorprendió y le preguntó de manera autoritaria: "Jovencita, ¿qué haces aquí con el uniforme de una docente? Quítatelo inmediatamente."

Diana, sintiéndose atrapada en una situación extraña y confusa, respondió: "No puedo... soy yo, Diana, la Miss Diana."

La directora, Marta, se irritó ante la respuesta de Diana, sintiendo que la joven la estaba desobedeciendo y mintiendo descaradamente. Le advirtió que la llevaría a detención y que recibiría un castigo por su comportamiento.

Diana insistió, tratando de explicar la verdad, pero la directora no escuchó y, molesta por la supuesta desobediencia, la tomó de la oreja y la llevó a detención

Ya en detención, la directora Marta le exigió a Diana que explicara por qué se encontraba en los baños con el uniforme de una docente. Diana, sintiéndose atrapada en una situación cada vez más confusa, le suplicó a la directora: "Señora directora, créame, soy Diana, por favor."

La directora, visiblemente molesta, respondió que si Diana no le decía la verdad, llamaría a sus padres. Por alguna razón, estas palabras llenaron a Diana de miedo. Sin poder evitarlo, Diana dijo nerviosamente: "No los llame, prometo que no volveré a hacerlo."

Inmediatamente después de pronunciar esas palabras, Diana se tapó la boca con ambas manos, sorprendida por lo que acababa de decir. No tenía la intención de admitir nada de lo que la directora estaba insinuando.

La directora, aún más enojada, le advirtió: "Has cambiado tu versión. No vuelvas a causar problemas."

Diana trató de explicar: "Es que esto es lo único que traigo."

La directora respondió con dureza: "Entonces, no solo has tomado un uniforme de una docente, sino que tampoco trajiste el tuyo. Iba a dejar esto en un simple castigo de planas, pero parece que tendré que darte un castigo ejemplar."

En su mente, Diana se lamentó por su respuesta impulsiva, preguntándose cómo había llegado a meterse en serios problemas debido a una serie de palabras mal elegidas. Ahora, enfrentaba un castigo que no había previsto y que complicaría aún más su situación en la escuela.

Después de la conversación con la directora, Diana siguió a Marta mientras intentaba no caerse debido a los tacones y al vestido que le quedaban grandes. Afortunadamente, no había nadie más en los pasillos, ya que Diana siempre era la primera en llegar a la escuela.


La directora la guió hasta los vestidores de maestros y le indicó que entrara. Diana obedeció, y la directora cerró la puerta tras ella. Diana estaba sola y se sintió abrumada por la situación. En voz alta, comenzó a expresar su incredulidad: "¿Cómo ha sucedido esto? No puede ser. ¿Qué haré ahora? Es ridículo que vuelva a tener 18 años. Lo peor es que, debido a mi inmortalidad, me veo mucho más joven."

Diana empezó a idear un plan para aprovechar su apariencia más joven y buscar a la hechicera entre los alumnos. Estaba tratando de encontrar el lado positivo en esta extraña transformación cuando la directora regresó y la interrumpió.

La directora, con severidad, le anunció: "Mira, jovencita, debido a tu actitud infantil y a tu irresponsabilidad al no traer tu uniforme y al ponerte el uniforme de una docente, hoy pasarás todo el día en el salón de jardín de niños y realizarás las actividades que se hacen allí."

Diana quedó en shock. No podía creer lo que estaba escuchando. Esta nueva perspectiva la dejó perpleja, ya que tendría que enfrentar el día como si fuera una niña de jardín de niños. La situación se volvía cada vez más extraña y complicada para Diana, y no sabía cómo iba a lidiar con ella.

La regresión de la mujer maravillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora