La noche era negra, al mirar al cielo no se podían distinguir ni las estrellas ni la luna, la ciudad celebraba su tercer año consecutivo sin defunciones. Tanto había evolucionado la tecnología. Eran grandes noticias para todos, excepto para el dios del Mas Alla.
Con la falta de almas que cuidar, sus ocupaciones estaban en segundo plano; necesitaba encontrar algo que hacer así que hizo caso a su nombre. Paseó por los cementerios, buscando algún indicio de muerte, esperando encontrar alguien que guardar. Al no encontrar ninguna muerte reciente pasó el resto de la noche desenterrando cadáveres para alimentarse de ellos.
Anubis había caído,dejó de ser la deidad que cuidaba las almas, se convirtió en un ser queaprovechaba los cuerpos de los muertos para seguir con su vida.
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De cerdos que vuelan y elefantes que cantan
RandomRecopilación de relatos sin un tema en particular, ilustrando los avances de una estudiante de escritura creativa en el transcurso de la carrera. Algunos textos podrían tener un contenido para mayores. Los textos no están editados a la perfección, s...