TW: Mención de sangre, violencia, relaciones sexuales, canibalismo y necrofilia.
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He salido con Iris siete veces, y veinte veces me ha dicho que soy encantadora. Desde la primera cita me dijo que le encantaba mi nombre, "es el nombre perfecto para ti, muy lindo y especial, igual que tú", aprovecha cada oportunidad que tiene para decirme cosas del estilo. La verdad es que cada día me enamoro más de ella.
Hoy me invitó a ayudarle con su jardín y tomar té en su terraza, dijo que iría su mejor amiga, pero aún así lo quiero considerar una cita, debo intentar incluirme en su ecosistema, así quizá me acepte y logre enamorarse de mí.
Quiero que este sea un día especial, hasta fui de compras para llevar un vestido nuevo a nuestra cita, compré un vestido veraniego con estampado de flores, no tan corto para ser inapropiado, pero lo suficiente para ser muy provocador. Le pregunté a Iris que usaría, no me quiso decir, pero dijo que llevaba flores, hasta en eso estábamos coordinadas. A pesar de que el maquillaje no es lo mío, me esforcé por quedar linda para ella.
Mis amigos me han dicho que es muy curioso que nuestros nombres combinen tan perfectamente, eso es solo una señal de la madre naturaleza para mostrarnos que estamos destinadas a estar juntas, ellos dicen que es raro, pero me da igual. Ellos no saben cómo funciona nuestra creadora.
Estoy estacionándome frente a su casa, un hermoso jardín de hortalizas cubre toda la parte frontal, puedo ver lechugas, espinacas, arúgula, tomates, un pequeño árbol de limón que apenas está intentando crecer sus hojas, es una hermosa selva de alimentos, en el centro, un camino de piedras volcánicas serpentea hasta los escalones del porche, una enorme puerta de cristal enmarcada a cada lado por ventanas cuyos marcos de madera están pintados de un rojo muy oscuro que parece estarse cayendo a pedazos. Debajo de cada ventana hay maceteros enormes llenos de irises, definitivamente la casa es suya. Acerco mi puño a la puerta para tocar, antes de que logre hacerlo la puerta se abre y los ojos verdes de Iris me reciben acompañados de una bella sonrisa en sus labios rosados. Sin embargo, no está usando flores, lleva shorts blancos que me dejan ver sus piernas, con un bronceado perfecto, seguramente gracias a todo el tiempo que pasa bajo el sol, un top deportivo gris, y un delantal que supongo era gris antes de estar lleno de tierra. Preferí ignorar su mentira y lo dejé pasar, quizá las flores estaban cubiertas por el delantal.
—¡Llegaste! Me encanta tu vestido.
—Gracias, gracias. A ti te queda muy bien el look de jardinera.
—No digas mentiras —la pequeña risilla que escapa de sus labios me recuerda a las campanillas de viento en la pequeña terraza de mi departamento—. Anda, pasa, no te quedes ahí.
—De verdad te ves hermosa— me acerco a darle un beso en la mejilla —. Tu casa es hermosa.
—Pero sólo has visto el huerto, espera a que veas mis flores— sus ojos se iluminan aún más cuando habla de sus flores —. Es mi parte favorita, espero que de verdad te guste.
Al cruzar la puerta un intenso aroma floral invade mis sentidos, es un olor muy parecido al de las casas funerales, lo que tiene sentido porque suelen estar llenas de flores, Iris toma mi mano y me lleva hasta la cocina, una isla de mármol blanco está decorada con un camino de flores secas, tres bancos de madera están cuidadosamente acomodados en uno de sus lados, el cuarto banco está ocupado por una mujer que supongo es la amiga, un refrigerador blanco con un congelador enorme, le da un toque de modernidad al resto de la habitación que es muy rústica, pero tiene su toque.
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De cerdos que vuelan y elefantes que cantan
RandomRecopilación de relatos sin un tema en particular, ilustrando los avances de una estudiante de escritura creativa en el transcurso de la carrera. Algunos textos podrían tener un contenido para mayores. Los textos no están editados a la perfección, s...