—¿No sería el tiempo?—.—... Mejor cállate, pariston—.
...
—Bien, no te enojes, ging. ¿Por qué no mejor vamos a ver a los chicos?—.
—Si, hagamos eso... Es mejor que estar hablando estupideces contigo—.
Eso molestó a pariston pero finalmente suspiro mientras se dirijan a con los chicos.
•
Mientras ambos hombres se acercaban a la habitación de la calamidad, gon y esta seguían charlando animadamente con esos toques de timidez por parte de killua.
—¿Vas a quedarte?—. Preguntó con una sonrisa relajada killua.
—No... Ya casi nos vamos. ¡Pero vendré a visitarte muy seguido, lo juro!—.
Eso entristeció a killua, quien bajo la cabeza y mordió su labio internamente. Gon no tardó en reconocer el cambio obvio de killua que lo hizo fruncir su cejo de forma triste.
—¿Qué pasa, killua?—.
—No quiero que te vayas... Solo eso... ¿No te puedes quedar?—.
Su voz tenía esa ligera esperanza de que la respuesta de gon cambiará aunque sabía que eso no pasaría debido a las estrictas reglas de los cazadores.
—Vaya, que sensible se ha vuelto el pequeño killua—. Fueron las palabras de pariston al llegar y presenciar parte de su charla.
—Papa...—. Gon giro su vista hacia su padre y pariston.
—Hora de irse—.
Sin embargo, killua al escuchar eso se puso aún más triste y apretó su taza de te al punto de que cualquier ligera fuerza extra podría hacerla explotar. Tenía miedo de que gon se fuera y no regresara jamás.
—¿... Gon no se puede quedar...?—. Su tono fue un tánto apagado al hacer su pregunta.
—No. Pero vendrá... Probablemente la próxima semana—.
Eso solo alteró los nervios de killua pues solo era un "probablemente" y no algo seguro como deseaba que fuera.
—Gon, jura que volverás...—.
Gon río suavemente al ver la actitud tan "adorable" y apegada de killua. Entonces tomo su mano y enrollo sus meñiques.
Promesa de dedo meñique.
Si llego a mentir,
que un rollo de agujas caiga
y me quite el dedo.
Muac~♡
Así, gon sello su promesa, y obtuvo el permiso del sonrojado killua para poder irse y volver después.
•
La pequeña familia llegó al apartamento que rentaban actualmente y mientras que gon se despedía de sus padres para irse a su habitación a jugar, sus padres se iban a la cocina a charlar.
—¿Qué vamos a hacer ahora que sabemos que tienen un vínculo?—. Preguntó pariston un tánto preocupado por la razón de que killua era una calamidad y su hijo solo un humano.
—No lo sé. No voy a pensar en eso ahora, aunque lo más probable es que queden juntos... Ya sabes, los subgéneros y eso—.
—... Entiendo—. Fue lo único que dijo pariston antes de acercarse a ging y darle un beso en la mejilla para luego alejarse.
—Entonces vayamos a descansar un poco, querido—.
La rata salió toda feliz hacia su habitación dejando a su esposo hecho un tomate andante.
—... Te odio, pariston—.