El impulso animal no los dejaba detenerse. El impulso de comerse enteros.
Sus manos apretando la fría carne pálida del Omega, dejando marcas manchadas con la sangre más roja que jamás se haya visto.
Los gemidos de ruego, un ruego que pedía más de ese dolor tan excitante.
Esos dientes hundiéndose en su presa marcandola como algo de su propiedad, una propiedad con la que podría hacer lo que el deseara.
Destrozar o amar.
Cálidas lágrimas cayendo por esos ojos relucientes como el safiro, cayendo por la piel carente de color. Carente de vida.
La sensación de los fuertes golpes que lo llenaban de cariño.
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-¡Despierta, killua!-. Gon se levantó sonriendo. Estiro sus adoloridas extremidades por los anteriores días de ajetreo con killua. Tenía marcas de arañazos, golpes y mordidas pero le era irrelevante.
-¿Tan siquiera tienes desayuno ya?-Killua se levantó muy desganado. Era muy temprano según el.
-Obvio no. Apenas me levanté yo también. ¡Pero papá puede que nos haya preparado algo!-. Se acomodo su ropa para poder salir. Un pantalón café con una camisa blanca.
-Espero que estés en lo correcto o mataré a todos aqui-. El solo se puso una bata blanca como las que acostumbraba usar normalmente.
Ambos salieron a la habitación principal. Las claras luces y paredes lastimaron sus ojos por unos segundos.
Caminaron por ahí hasta que unos guardias los detuvieron. Era por killua.
Se les había olvidado que era una calamidad.Para su buena suerte, pariston llegó con ellos porque quería verificar si había terminado el celo de killua.
-Puede retirarse, yo me encargo de killua-. Esa fue una orden de pariston.
El guardia sabía que no debía cuestionar a sus superiores así que asintió y se retiró en silencio, dándole a pariston la privacidad que necesitaba.
-Veo que ya ha terminado. Vamos a comer, deben estar exhaustos-.
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Mientras comían ese arroz salado surgió una pequeña plática entre los tres. No era algo relevante, solo algo como de lo que las chicas hablarían en una pijamada por un domingo en la madrugada.
-Por cierto. ¿Dónde está Ging?-. Preguntó gon cuando recordó a su papá.
Pariston comió el arroz en su boca antes de contestar. -No debe tardar en llegar. Pero seguro va a estar enojado si se entera que se marcaron mutuamente-.
Eso puso nerviosos a ambos. No querían que los separaran por el enojo de que cometieron un error. Pariston noto eso y río suavemente.
-Calma. Yo los voy a ayudar en lo que pueda-.
Eso fue un corto suspiro para ambos chicos.
-¿Ayudar en lo que pueda?" Me preguntó si la situación es tan grave-.
Pariston rodo los ojos mientras a gon y killua se les atoraba la comida en la garganta. Ging llegó.
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