One Piece Collection

23: Blue Dreaming

Autor: BanskyGuy

Pareja: Nami x Vivi

Palabras: 4525

Advertencias: Ninguna

Original: https://archiveofourown.org/works/30152520

Resumen
Nami aún sueña con Nefertari Vivi.

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Nami se despertó medio desnuda en su cama y en lo que parecía un charco de su propio sudor. Se estaban acercando a una isla veraniega y el clima ya empezaba a ser caluroso. Maldiciendo en voz baja y sin levantarse, se quedó tumbada en su sitio, pensando en que ayer mismo hacía frío y llovía a cántaros.

Volvió a tener uno de esos sueños y el dolor de su corazón no se iba.

Vio su cara, la de Vivi.

Los sueños con ella nunca eran iguales, ni siquiera el mismo lugar o la misma situación. Sucedían una o dos veces cada pocos días, y cada vez, Nami se despertaba totalmente alterada, mientras respiraba pesadamente, a veces con lágrimas corriendo por sus mejillas.

No se filtraba ninguna luz por debajo de la puerta y aún podía oír la respiración de Robin al otro lado de la cama. Probablemente ni siquiera Sanji o Brook estaban despiertos. Así que Nami se limitó a cerrar los ojos de nuevo, reviviendo las últimas escenas de su sueño.

Vivi vestía aquellas hermosas ropas reales que llevaba el último día que la vieron, cuando se despidieron en la orilla del Alabasta. Estaba sentada sobre una enorme roca, junto a las tranquilas aguas de un clásico oasis del desierto. Nami estaba en el pequeño estanque, nadando tranquilamente. Luffy o el resto de los sombreros de paja no estaban cerca y a Nami no podía importarle menos. No había guerra civil, ni sequía, y Vivi no lloraba. Solo estaban ellas dos. Y mientras se apartaba el pelo mojado de la cara, Nami elevó la vista justo a tiempo para ver cómo Vivi se despojaba de la ropa, para saltar al agua con ella.

Entonces, Nami se despertó y su amada había desaparecido, una vez más.

Se acabó el tiempo de lamentaciones, pensó, y se levantó para ponerse un crop top, una bonita falda negra y sus tacones favoritos. Si se quedaba en la cama esperando a que saliera el sol, sólo conseguiría sentirse peor.

***

El despertar precoz de los verdaderos sentimientos de Nami comenzó más o menos cuando tenía doce o trece años, ya que lo primero que notó fue su total indiferencia por los chicos. Nojiko tuvo su fase de pensar y hablar mucho sobre los hombres, sobre los chicos guapos de la ciudad, los que iban y venían de vez en cuando. Nami sólo llegó a decirle que estaba loca por pensar en novios y citas cuando la isla aún estaba bajo la administración de Arlong.

Y esa fue su primera excusa por su falta de interés en esos asuntos. Tengo asuntos más importantes, le decía constantemente a su hermana, escapándose cada vez que un joven se enamoraba de ella.

Cuando cumplió quince años y las cosas con Arlong empeoraron aún más, cualquier interés romántico por su parte era descartado de inmediato. Cada vez le resultaba más difícil, ya que se había convertido en una adolescente increíblemente hermosa y en una joven aún más guapa, y todo tipo de hombres se sentían atraídos por ella. Ella aprendió a usar para sus propios intereses entonces.

Y a Nami le gustaba pensar que era totalmente ajena a cosas de esa naturaleza. Pero los continuos viajes para robar a los piratas siguieron, y ella llegó a conocer gente nueva. Nuevas mujeres.

Una de ellas, una amable morena mayor, de la que se hizo amiga durante los pocos meses que pasó en su isla mientras estafaba a la banda de piratas local. Se llamaba Frances y su largo pelo castaño y sus ojos color miel hicieron que el corazón de Nami se estremeciera por primera vez.