One Piece Collection

53: Besotted for Blond

Autor: IronicVeghead

Pareja: Zoro x Sanji

Palabras: 13367

Advertencias: Ninguna

Original: https://archiveofourown.org/works/57848644

Resumen:
"Él nunca me amará así~"

"¡Dios mío!"

"No~ mierda. ¡No! Yo no he dicho... ¡Cállate!" replica Zoro bruscamente, sentándose sobre sus ancas cuando el efecto de su fantasma empieza a disminuir. Tiene el ceño fruncido y se sonroja.

"Esto es lo más emocionante de la historia", sonríe.

"¡Eres de lo peor!"

"Necesito toda la primicia", le dice Perona, moviéndose para empujarlo hacia el vestíbulo.

"¿No?" Zoro frunce el ceño y le aparta las manos cuando intenta empujarlo para que se siente: "No necesitas una mierda".

"Zoro", sisea ella, metiéndole un dedo manicurado en la nariz, "o me lo dices de buena gana o te lo arrancaré con mis fantasmas".

El espadachín gruñe, con los ojos entrecerrados mientras la mira con el dedo.

"Escúpelo".

Perona puede ver cómo aprieta la mandíbula y sonríe. Sabe que sólo está enfadado porque ella va ganando.

"Yo... estoy enamorado del Cocinero", suelta Zoro.

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Tras aterrizar en los campos de zanahorias de Mihawk, Perona pensó que estaba acabada.

Su vestido se había estropeado, le dolían los huesos y, de repente, el Mejor Espadachín del Mundo estaba de pie ante ella, con el ceño fruncido y las nubes grises.

Su joven y hermosa vida pasó ante sus ojos y entonces...

El shichibukai Dracule Mihawk la ayudó a ponerse en pie.

Con un suspiro ostensiblemente prolongado, la condujo a un viejo castillo gótico y le indicó el camino hacia el baño.

Dicho esto, las cosas podrían haber ido peor.

Mihawk no menciona la necesidad de que ella se marche, ni da a entender que se quede. Simplemente está allí. Comen juntos en un lujoso comedor, en fuentes adornadas con oro y con la cubertería de plata más pesada que Perona haya tenido la desgracia de sostener. La conversación fluye en una sola dirección: Perona habla y Mihawk contesta de forma breve y cortés.

Perona pasa sus primeros días en Kurigana explorando el castillo. Contempla con nostalgia los retratos teñidos de oscuro por el paso del tiempo y se pasea por los jardines fingiendo que las armaduras que decoran el lugar son sus fieles caballeros. Y después de recorrer buena parte de la estructura (salvo los aposentos del rey, donde Mihawk se encierra por las noches), Perona elige un lugar para instalarse.

Su elección en habitaciones es un gran conjunto de dormitorios en el tercer piso. Lo suficientemente grandes como para contener todo lo que ella quiera meter en ellas. Acaba pasando unos días enteros robando lo que quiere de otras partes del castillo para amueblarlo.

Perona roba esponjosas batas de los armarios de cedro, brillantes adornos de los escritorios y una elegante colección de retratos para mantener a flor de piel sus fantasías.

Por fin está a la altura del lujo, con su cama matrimonial, sus muebles de terciopelo y su balcón de piedra tallada, y no puede quejarse. Las telas y la tapicería sólo estaban un poco apolilladas, y su balcón orientado al oeste era perfecto para contemplar la espectacular puesta de sol.