Rosa a sangre

9: A los monstruos no les agrada que ningún rayo ilumine su oscuridad.

Notas al final del capítulo.

⚠️

La distracción puede mantenernos enfocados en los efectos o resultados de algo, pero a menudo nos impide ver la verdadera causa o el origen de esos efectos. Cada efecto tiene una causa, aunque a veces puede ser difícil de ver.

— El mal puede ser sutil y no siempre es fácil de identificar. Puede manifestarse en formas que parecen normales o aceptables en la sociedad, esto puede suceder cuando ciertos comportamientos dañinos se vuelven tan comunes que la gente deja de cuestionarlos. Cuando las personas se desentienden de los problemas de los demás o se sienten desconectadas de la sociedad, pueden ignorar o no darse cuenta del mal que ocurre a su alrededor. El mal puede ser engañoso. Puede ocultarse detrás de una fachada de bondad o manipular la percepción de las personas para pasar desapercibido.

— No soy un psicópata como tú, explícamelo de nuevo 

— ¡June! — el fiscal le advierte.

— No entiendo por qué está obsesionado con ese chico

Ji Woong deja el libro sobre sus piernas y presta a atención sobre lo que dijo la joven. 

— ¿No tienes que irte? — le cuestiona el fiscal.

— Espera — ambas personas miran de inmediato al atleta — Ha encontrado algo

La joven sonríe, Ji Woong siempre en lo cierto sin necesidad de explicaciones.

 — Una enfermedad no es una entidad en sí misma, sino una privación de la salud — la chica saca un frasco y se lo da a Ji Woong.

— El mejor servicio es aquel que se realiza de manera tan eficiente y sin problemas que casi pasa desapercibido.

— Esto es serio — el fiscal comienza, su voz llena de preocupación. — Si estoy en lo correcto, ese joven podría estar en peligro.

— Siempre se debe de empezar por las raíces 

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El sacerdote, vestido con sus ropas litúrgicas, se encuentra en el altar, dando inicio a la misa. Su voz resuena en la iglesia, pronunciando las palabras sagradas con una calma y una serenidad que llenan el lugar de una atmósfera de reverencia y devoción. El silencio solo es interrumpido en ocasiones por el suave murmullo de las oraciones y el ocasional chirrido de las bancas de madera. De repente la puerta de la iglesia se abre con un crujido, dejando entrar una ráfaga de aire fresco que revolotea las hojas de los himnarios. Ricky levanta la vista hacia la entrada y ve a Ji Woong parado en el umbral, con la luz del sol formando un halo alrededor de su figura. Nadie se molesta en levantar la vista y ponerle atención al hombre, el sacerdote prosigue dando la palabra mientras Ricky sigue con la mirada a Ji Woong quien avanza por el pasillo central, sus pasos resuenan en el silencio de la iglesia. Al llegar a la banca donde esta Ricky, se sienta a su lado. Ambos comparten una mirada de entendimiento antes de volver su atención al altar, dejando que el silencio y la paz del lugar vuelvan.

Ricky y Ji Woong, sentados juntos en la banca, escuchan atentamente. Las palabras del sacerdote, aunque familiares, parecen tener un significado más profundo en ese momento.

El sacerdote, comienza a hablar — Hermanos y hermanas, —dice — la existencia del mal en nuestro mundo es una realidad que no podemos ignorar. Pero debemos recordar que la luz de Dios siempre brilla más fuerte en la oscuridad. El mal puede ser poderoso, pero la bondad y el amor de Dios son infinitamente más poderosos. La iglesia nos enseña que cada uno de nosotros tiene la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Y aunque a veces podemos sentirnos tentados por el camino del mal, siempre tenemos la opción de volver a la luz. Dios nos perdona y nos da la fuerza para resistir la tentación...