Historias adictivas "Park Bo-gum"

Primer amor III

¿Alguna vez despertar se volvió tan resplandeciente?
A partir de hoy siento ansias por ir al colegio. Empiezo a preguntarme si debería cambiar de zapatillas, o quizás debería ponerme un par nuevo de calcetines. Así que a esto se referían cuando decían que las mujeres sienten la necesidad de arreglarse para el hombre que les gusta.

Pensando en el suceso de que prometimos ser como amigos, eso se dificulta debido a que a mí me atrae como hombre, no puedo evitar querer agradarle físicamente también.

Empiezo a lidiar con pensamientos que no tenía, a pesar de que Bo-gum me gusta desde hace mucho. Mi apariencia nunca fue tan importante, ahora noto cosas que no quisiera notar. Sus novias solían tener mucha carisma y energía, con esa característica feminidad que una estudiante irradia; no quiero quejarme sobre mí, ni lamentar lo irremediable, pero desearía ser más alta y con mejor proporción física.

Así que esto es a lo que llaman la insatisfacción propia. Soy tan humana por él, esto nunca me afectó, y ahora me encuentro mirándome en el espejo para saber si se me nota algo malo o no en el rostro.

Caminar al colegio me agita, solo pienso en si ya estará ahí cuando llegue, o si debería esperar en la entrada. Otro aspecto que no he considerado, es que probablemente no haya sido enserio, que solo me dijo eso anoche porque se sintió en confianza. Quizá hoy ya no actúe como ayer, todo es y será como siempre.

-¡Oye! ¡Espera!

Esa voz suave y masculina que me produce cosquilleos, es él. Apenas voltear lo veo acercarse algo apresurado. Está sonriendo con ese ánimo suyo que me hace sentir como un pequeño ser que no tiene fuerza para evitar dejar deslumbrarse ante él.

-Hola, cómo estás. Apenas te vi, pensé en que deberíamos ir juntos.

Su ofrecimiento tan amable, su cálida expresión, todo eso me confunde. A pesar de que me gusta todo eso, cómo puede cambiar de un día para otro conmigo. Tengo dudas, pero no quiero dejarlo ir, no quiero que esta oportunidad se me escape. No importa si al final resulta ser mentira, yo me aferraré a su comportamiento, porque lo quiero, porque así es como quiero creer en su aceptación por mí.

-Hola. Pensé que ibas más tarde, planeaba esperarte en la entrada.

Qué tonta, eso pudo escucharse ofensivo.
Un momento, se rió, él se rió.

-Sí, lo sé. Pero también sé que tú vas más temprano, por esta hora. Te veo desde mi ventana cuando pasas por mi casa.

Acaba de esquivar mi mirada, así es, hacia un costado. Eso es... Muy tierno. Se me aceleró un poco el corazón. Soy muy sensible con él, esto me sorprende, este lado mío me intriga.

-¿Por qué?

Acabo de preguntar algo inútil por culpa de mis sentimientos.

-Por qué, ¿qué?

-¿Por qué actúas diferente? Como si ayer yo fuese insignificante, y ahora me dices esto, como si esperaras algo de mí. Qué debo suponer ante tu comentario.

Su mano, acaba de ponerla sobre mi hombro. Qué haces, qué haces para que con solo eso empiece a desesperar. Creo que lo que más deseaba empiezo a no poderlo controlar. Esta situación con la que soñaba, me pone sensible.

-Tranquila, no quiero hacerte daño. Quiero acercarme a ti. Sé que te defiendes así, es tu mecanismo. Tu inexpresivo rostro también lo es. Pero no te protejas conmigo. Yo no te lastimaría.

-Disculpa, no debí decir eso. Estaba extrañada con tu amabilidad. Es que te esfuerzas demasiado, como si dejaras de ser tú mismo, se siente algo falso. Perdón, Bo-gum.