SILENCIO (Chloe)(MLB)

CAPITULO - 04

Narrador.

Una mujer rubia ya entrada bien a sus cuarenta años, miraba su teléfono con impaciencia.

Hacía no menos de una hora había logrado hacer el respectivo reporte de búsqueda para su hija mayor por lo que soloe staba a la espera de alguna noticia de ella.

Primordialmente que estuviera viva ante todo, según había visto en las noticias se previa fuertes lluvias más al norte y a sabiendas de que eso aumentaba los accidentes por humedad y deslizamiento solo la hizo entrar ligeramente en pánico.

Confiaba en las habilidades de conducción de su hija, pero no en los impedimentos que podía generar el clima y más si era uno donde era fácil perder la vida en la carretera.

Sumado a su estrés y preocupación, aún quedaba enfrentar a Andre.

-no puedo llamar y decirle, perdí a nuestra hija y llevo horas sin encontrar, ¡le dará un infartó!- se dijo a si misma mientras buscaba una manera de dar la mala noticia sin hacer un desastre con su esposo al otro lado del globo.

Pese no llevarse relativamente bien ninguno de los dos, aún así no podía dejar que muriera de una forma tan poco digna (tal vez un poco de respeto a la salud)

-calma Audrey, solo llama dile que pasa y esperemos lo mejor- se dijo a si misma para así iniciar con su objetivo.

...

Mientras en la cuidad de París, más precisamente en el hotel gran París.

Zoé ya hacía caminando entre los pasillos del hotel en absoluto aburrimiento, apenas el día anterior su madre y hermanastra mayor habían tenido que salir de prisa de Francia.

Los paparazzi no dejaban de rondar y buscaban a toda costa sacar alguna información de ella o del ex alcalde de París que también era investigado por complicidad terrorista.

Lo que la dejaba encerada hasta nuevo aviso, cuando vio al ex mayordomo de su hermana pasar con una maleta al lado de ella.

-señor Jean ¿Se va?- le pregunto la rubia al verlo.

-asi es señorita Lee, mi trabajo a acabado aquí- dijo con simpleza.

-pero si usted trabaja aquí en el hotel ¿Cómo que terminó?- preguntó extrañada.

No había podido convivir mucho con el más grande pero hasta donde sabía el era parte del personal del hotel ¿Sería por el hostigamiento que ha resivido o se va antes del desastre inminente que se aproxima?

-fui contratado originalmente para ser otro mayordomo mas, cuando el señor Bourgeois me asignó la tarea de cuidar de la señorita Chloe, no había nada de especial en el trabajo pero me fui encariñando de la joven Bourgeois y ahora que no esta, ya no veo motivos para seguir trabajando aquí- contesto para posteriormente continuar su rumbo, pero fue detenido por la más joven.

-pero ella lo trataba muy mal a usted incluso lo llevo a agredir ¿Por qué seguirla?- cuestionó la de ojos azules al no entender bien la situación, había tenido que conocer a su hermana del otro lado del mundo en una cantidad costa de tiempo peor era poco rescatable algo que tuviera que ver con ella.

-sigueme por favor- le pidió para caminar de regreso de la ruta a la que hiba no sin antes dejar su maleta en la recepción.

La más joven se colocó a la par de el mientras avanzaban hasta el elevador, dónde se dispuso a hablar.

-la señorita Bourgeois nunca fue siempre así, era tan igual a otros niños, bastante alegré, imaginativa con una cantidad de energía por usar que incluso hacía enojar mucho a su madre- comentó realzando la última parte con molestia -en ese entonces ella no se había desarrollado del todo socialmente por lo que cualquier cosas que le dijeran lo tomaría como una verdad absoluta, cuando la señora Audrey al verla convivir con otros niños no adinerados intervino- la molestia del hombre crecía con cada palabra que decía.

La rubia entendió bien el mensaje siendole innecesario saber el resto al ver a dónde hiba todo, lo había vivido ella misma.

-por lo que hubo empezó a tratar a las personas de peor manera hasta que ella un día se fue a New York dejándola aquí sola, durante todo ese tiempo ella no quería salir de su habitación y pasaba noches enteras llorando- relato con tristeza, cuando la  campana del elevador sonó indicando que llegaron a su piso deseado, saliendo de este avanzando por el pasillo, el mismo donde estaba la suite de las hermanas, mientras lo seguía la más joven escuchando atentamente cada palabra.

Nada le parecía realmente destacable ni mucho menos trágico.

-por lo que le propuse al señor Bourgeois comprale un juguete muy especial a la señorita- dijo este para entrar a la ya no ocupada habitación de Chloe e ir donde el closet y descubrir en un espacio escondido una vieja caja de metal.

-su hermana es más buena de lo que aparenta en realidad, pero todo eso lo escondido y lo oculto en lo más profundo de su ser, de lo único que puedo estar seguro es que solo quería un poco de amor de sus padres- sin más descubrió el contenido de la caja y lo vacío con cuidado en la cama.

-¿Que es todo esto?- preguntó la rubia analizando los objetos regados en la cama,  un osos de peluche amarillo con rayas negras y ojos de cristal de fantacia, varias fotos, dibujos, algunas USB y varias llaves.

-todo el amor que Chloe siente- dijo para sacar un montón de fotos que estaban sujetos por una liga.

Le mostró varias de Chloe y Sabrina más de jóvenes cuando jugaban, otras donde la niña estaba con Adrien y entra todas ellas le asombró que había una curiosa variedad donde la rubia más grande de las hermanas estaba con su mayordomo, pero la que se había llevado el premio dorado era una dónde ella estaba de lado sin prestar atención y Chloe había logrado sacar una fotografía de las dos.

-su hermana tubo que esconder esto de su madre por el miedo que le causaba el simple hecho de que ella lo desechará... Puede que la señorita tenga muchas cosas materiales pero hay veces que lo más valioso es algo tan pequeño e insignificante para la mayoría- terminó este por guardar todo en su lugar tal y como lo encontró.

-yo... Nunca me imaginé que ella guardara algo así...- dijo impactada cuando un grito de desesperación distrajo a él mayordomo y la adolescente.