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Julián estaba agotado, había pasado toda la noche estudiando gramática, que lo tiene de hijo, y tomando mates. Le costo tanto descansar, entre la cafeína y los nervios del examen de hoy, durmió apenas dos horas.

Cuando llegó a la terminal todo parecía estar calmo, no había quilombo como otras mañanas y eso lo hace sentir afortunado. Quizás hoy es un buen día.

Curiosamente había muchos asientos disponibles y el cordobés ya pensaba en que capaz hoy el desconocido de voz hermosa se sentaba junto a él. A lo mejor, ésta era la mañana para averiguar su nombre.

Pero todas las esperanzas se volvieron cenizas cuando por la puerta del subte apareció el chico que lo vuelve loco, acompañado de un morocho alto, con postura intimidante y cara seria.

"Hola" Saludó su desconocido y Julián le devolvió el saludo.

Tomaron asiento frente a Julián y el chico lo ignoró cada segundo restante que compartieron dentro del subte. Era la primera vez que el cordobés lo escuchaba reír, y era otro el causante de sus risas.

Los dos chicos estaban sentados pierna con pierna, charlaban mirándose frente a frente e incluso el morocho le acomodó el flequillo a su desconocido.

Los dos chicos estaban sentados pierna con pierna, charlaban mirándose frente a frente e incluso el morocho le acomodó el flequillo a su desconocido

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Se bajó totalmente desganado, con malas energías y una sensación amarga en el pecho. Para colmo, tenía que presentarse a rendir un recuperatorio que determinaba si se quedaba libre o podía rendir el final como alumno regular.

Julián se adentró a la facultad con la peor de las ondas y un chico se lo llevó puesto, tirando jugo de naranja sobre su remera blanca. La que faltaba, pensó.

"Disculpa, te pago una nueva" Le dice el chico "Mi nombre es Alexis, acá tenes mi número, ahora tengo que ir a rendir pero avisame cuánta plata necesitas y te deposito"

"Hola Alexis, no hace falta" Responde Julián intentando ponerle la mejor cara, el chico no era el culpable de su malhumor y por un simple accidente tampoco tiene derecho a maltratarlo.

Mientras comenzó a subir las escaleras hacía el aula, notó que Alexis iba a su lado, con la mirada perdida en su celular

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Mientras comenzó a subir las escaleras hacía el aula, notó que Alexis iba a su lado, con la mirada perdida en su celular. Dudaba si hablarle o no, pero sabe que Oriana tiene esta materia aprobada y no le vendría mal alguien que lo aleje de la mañana de mierda.

keeping your eyes on me - enzo y juliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora