7. Pequeña flor

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"Mis palabras...Llegaron a él."

Alivio, pero al mismo tiempo emoción. ¿Supongo que por haber ayudado a alguien? Aun así, también era por la parte final de la carta. No estaba muy orgullosa de ese hecho, pero con la mención de sus lágrimas ese día, Rosena recordaría que también derramó algunas cuando salió de la oficina de Neuvillette. Le había movido cierta parte del corazón el verlo agarrarse el pecho estando solo y en silencio. Creo que aun más, ya que no era una imagen creíble de alguien como él. Y sí, eso debe ser. No tendría que haber otra razón, pues no tenían nada más que los relacione aparte del trabajo y ese evento.

"Parece que exageré en mi percepción sobre Su señoría. Él también puede ser amable y considerado a su manera."

Ante tal pensamiento, sin darse cuenta, la chica sentiría cierta calidez en su corazón y mejillas. Pero todo ello se caería al hacer la carta a un lado y revisar lo pendiente ese día, pues tenía que visitarlo en su oficina hoy. ¿Cómo actuaría formalmente luego de leer esa carta y tener esos pensamientos? Aunque aún no había pasado, se sentía avergonzada de tartamudear demasiado frente a Neuvillette.

"¿Por qué me tengo que sentir nerviosa? No es como si algo hubiera cambiado."

Otra vez recorrer aquel pasillo, pero ahora se sentía ligeramente...Corrección, muy diferente.
Rosena ya estaba frente a la puerta, pero tendría que tomarse unos segundos frente a la puerta para así tocar.

Comenzaría a esperar, pero no había ningún cambio ni sonido procedente del otro lado. ¿Acaso no había escuchado los toques? ¿O simplemente estaba ocupado?

Ella decidió entrar, y no había nadie ahí. Qué extraño, pues el horario dictaba otra cosa. Pero como fuere, ¿tal vez no hacía las cosas más fáciles? Porque, ¿Cómo debería actuar Rosena al encontrarse con Su Señoría? ¿Actuar como si nada pasó, o que ya quedó en el olvido? Si fuera con cualquier otra persona, seguramente no sería tan vergonzoso ahora.

Qué complicado. Se supone que los estatus no deben importar en asuntos del corazón y los sentimientos, pero definitivamente la percepción estaba afectada por ello, pues son huellas profundas desde siglos en la sociedad con los humanos y no humanos.

"Muchas vueltas. Solo terminemos..."

La pequeña flor observa la flor de su bolsillo, una rosarcoíris. Luego de dejar lo pendiente en el escritorio, siente que no puede irse de inmediato, pues su mirada caería en el único tintero fino y elegante del escritorio amplio. Seguramente fue con esa misma pluma con la que Neuvillette escribió esas palabras.

Como si una abeja hubiera picado a la flor para alimentarse, ahora la curiosidad ha picado a la flor. Con gestos cuidadosos pero rápidos, ella palparía con los dedos la pluma por puro interés, pero finalmente la sostendría y prontamente dejaría escrita una pequeña nota.

Qué curioso movimiento, lo que dejaría algo sorprendido al señor Juez, pues al llegar tiempo después a su oficina pudo notar al lado de los archivos de su mesa un pequeño papel escrito, así como una pequeña rosarcoíris.

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Jaja lo siento por morir. (perdón, pasaron cositas) Gracias por los comentarios de la parte anterior, me sirven mucho :'D

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⏰ Última actualización: Feb 18 ⏰

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