×Eclipse |Adriloe|Lukloe|

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×Concubina,un sinónimo de amante. Concubina, palabra que usa siempre la gente para referirse a aquella mujer que por más quiera no será más que el entretenimiento en la cama de un esposo×

—¿Donde está?—

Reposo mi mirada sobre él,puede que no tenga ese brillo asociado a la vida en mi mirada,pero por dentro siento,sigo teniendo emocione,no son muy fuertes,pero puedo asegurarte que las tengo. Ahora mismo siento una gran desesperación,porque ella no está aquí conmigo y se que tú si sabes dónde está.

El silencio del despacho parece consumirnos,se que lo que menos deseas al empezar tu día es verme,es algo que de forma irónica también me molesta a mí. Ambos estamos forzados a estar en la misma habitación,justo en tu despacho y solo eso ya parece enfermarnos.

Al no recibir ninguna respuesta por tu parte decido acercarme a ti,mi paso siempre será lento y elegante,pero en estos momentos es algo apresurado,deje a un lado la etiqueta de emperatriz,porque ella es más importante.

—Hablo de más— ni siquiera la miró,seguía observando su papeleo casual,firmaba y sellaba como si nada.

Verlo en ese estado ya la molestan. ¿Tus papeles son tan importantes? —No creo que sea tan grave— murmuró con cierto tono desinteresado.

Dejó escapar un largo jadeo de cansancio. Alzó la cabeza por fin dejando a un lado su papeleo,dejo que su mirada azul se fundiera con la suya por un momento para luego cortar aquel contacto visual —Le grito,sabe que eso está prohibido,tendrá lo que se merece— no pudo evitarlo,una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. Una sonrisa llena de maldad,como él.

Apretó con fuerza el abanico entre mis manos,imagino que es su cuello y sin darme cuenta el abanico ya está partido en dos.

No se qué decir,se que está prohibido,se que ella no puede ser mencionada,en mi mente me rió con la excusa,ni que fuera la emperatriz. Porque es eso,ni que fuera la emperatriz,es una de tus concubinas,nada más. ¿Tan importante es que alguien le alce la voz a la pobre?.

Renuevo la tela de mi vestido hago una simple inclinación en forma de respeto,luego me alzó como de costumbre para sin pensarlo mucho tirarle mi abanico a la cara. Bueno,mi abanico roto.

Su cara está roja de la rabia y yo,sonrió. Mi sonrisa nunca te gusto,dices que es retorcida,que es una sonrisa enfermiza.

—Que pase buen día,Sol del imperio— su voz dulce y con ese toque sarcástico hizo erizar al varón.

Me doy la vuelta con total tranquilidad. Soy consciente de que no me harás nada,porque en el fondo temes más por tu vida.

Siempre has sabido cómo soy,sabes lo que me contengo para no cortarte el cuello,por eso mismo me tienes solo una gota de respeto,o más bien respeto por tu propia vida. Siempre fuiste un cobarde.

Eres el Sol de este imperio,solo yo,tu Luna,sabe que no eres nada sin mí.

[...]

No tuve que pensar mucho para saber dónde la metiste,se perfectamente donde estará ella,se que ella estará presente cuando sea el castigo,porque es igual o más retorcida que tú. Solo que sabe esconderlo.

Fui hasta el patio,deje que mi vestido se arrastrará por el fango,hice un caso omiso a los sirvientes y entre sin ningún tipo de respeto azotando la puerta.

La vi tirada sobre el piso,estaba con sus ropas rotas mientras ella se defendia con fiereza de todos. De absolutamente todos los que buscaban castigarla. Antes de que siguieran con aquel acto alce la mano,era como si todos los presentes se hubieran paralizado.