Cap.22🧶

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Un omega de cuatro meses en el supermercado era lo más normal del mundo, ¿verdad? Pues al parecer Minho no compartía la misma opinión qué su amado esposo.

Jisung lleva media hora fuera de casa ¡media hora! Y ha recibido en total treinta llamadas y sesenta mensajes de su alfa histérico porque no estaba en casa cuando despertó.

Le había dejado una notita, informándole qué sólo iría a comprar algo al supermercado y regresaría lo más pronto posible para comer juntos pero de seguro el muy tonto por andar preocupado no la vio.

Y otra llamada estaba sonando, pensaba ignorarla como las otras veintiocho de de treinta pero como ya estaba en la fila de la caja y ya casi era su turno respondió.

— alfa, te dije que llego en veinte minutos...

— Minino, estoy tan preocupado, ¡¿donde están tu y nuestro bebé?! — Jisung quería reír ante lo dulce que se escuchaba su alfa llorando por algo tan simple como salir de casa.

Sabía que el pulgoso era así, una vez lo llevo al hospital de emergencia solo porque tenía un pequeño cortecito en su mejilla, iba llorando y alterado en todo el camino, y aunque lo intento tranquilizar y negarse a ir al hospital por algo tan insignificante el alfa solo se soltó a llorar aun más haciendo así que aceptará ir a que atendieran su grave herida.

— ya voy a salir, y cuando llegue comemos juntos... No llores por algo así pulgoso.

— voy a traerte, dime donde estas por favor, mi amor.

— ya estoy caminando hacia la ca-

¡pero si es el secretario Han!— una voz femenina hizo al Tigre gruñir y al alfa alertarse un más de inmediato.

Digamos que la chillona voz era de una de las recepcionistas de la empresa, una qué para nada estaba de acuerdo en el el omega de Tigre fuera el omega de su sexi jefe al qué juro enamorar y hasta ahora Minho ni la mirada le dirige.

El peliazul ya ha tenido sus intercambios de insultos con la omega ofrecidota y fea como él le llamaba, si se preguntan porqué sigue trabajando para Lee es porque Jisung no le ha contado que se han insultado, el es un omega qué si no comprendes de una paliza lo entiendes. Además no quiere ser una carga para su alfa y que esté ya no lo quiera trabajando junto a él.

Aunque eso no evitará qué el alfa qué no quita sus ojos de su adorable omega nunca, ya se diera cuenta del desprecio qué siente por aquella omega qué no sabe su nombre.

— pulgoso, llego en unos minutos. No te alarmes... Estoy de maravilla. — colgó la llamada — y tú! Eres la perra de bajo nivel qué intenta meterse a la cama de ¡mí! Alfa.

— ¡Mi nombre es-

— No me importa una mierda, tengo cosas mejores que hacer.

Se dio la vuelta y cuando iba a dar el primer paso sintió un tirón fuerte en su muñeca, y también unos aruños de las garras de esa desgraciada, sus ojitos azules brillaron intensamente, dándoles un destello de verde.

— ¡sueltame maldita loca! — la empujó y dejó sus bolsas en el suelo — no me vuelvas a tocar, tu no eres nadie a comparación conmigo.

— piensas que por ser secretario del jefe eso te hace importante solo eres un pobre gato que sirve a su dueño.

Gato...

Dueño...

Miro a su vientre y le dijo – mi filetito, agarrate qué papi va a matar a una idiota.

Minino 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora