Capítulo 20

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A medida que pasaba el tiempo, Rin se daba cuenta de que su amor por Sesshomaru no había mermado ni siquiera un poco, por el contrario, con cada día que pasaba parecía crecer mucho más. Ella no sabía si esto era debido a la nueva faceta del hombre, pero había algo que le impedía dejar de quererlo. 

De vuelta a la oficina, la joven mujer se encargaba de darlo todo de sí, se mantenía la mayor parte del tiempo ocupada entre su hijo y sus obligaciones laborales. Pero aun así, aquel hombre de cabello platinado y ojos dorados no dejaba de colarse en sus pensamientos. Y se odiaba por eso, se suponía que a estas alturas ya debería haberlo olvidado. 

Rin, cansada de no haber desechado su amor desmedido hacia él, decidió que era el momento de poner en práctica otro tipo de estrategia. 

De esa forma, dejó a su pequeño bebé de diez meses al cuidado de la niñera, mientras ella asistía a una cita a ciegas. Se trataba de un individuo que había conocido vía internet y con el que platicaba en sus tiempos de ocio. Las conversaciones siempre eran amenas y parecían tener muchas cosas en común, por lo que concluyó que podría ser un buen candidato para enamorarse. 

Esa tarde, Rin asistió a una cafetería y con mucha ilusión esperó sentada en una de las acogedoras mesas del lugar. El ambiente era tranquilo, por lo que parecía ser el ideal para este tipo de encuentros. En eso logró divisar a una silueta que, aunque era la primera vez que la veía, todo parecía indicar que se trataba de su cita a ciegas. 

Dan entró claramente buscando a alguien. Sus ojos vagaron por el resto de las personas hasta que cayeron en ella con reconocimiento. Ambos sonrieron al reconocerse mutuamente. 

Rin suspiró aliviada, mientras aquel guapo hombre se acercaba. Había temido que se tratara de alguien mucho mayor o que fuese algún depravado. Sin embargo, aquel joven tenía un aspecto agradable e inclusive dulce. 

—¡Dan! Hola, soy Rin, encantada de conocerte—se presentó con la misma dulzura de siempre.

—Un gusto, Rin. No pude evitar fijarme en tu sonrisa desde que entré. Me alegra que hayamos coincidido en esta cita—expresó cordial.

La joven sonrió tímidamente mientras Dan se sentaba frente a ella. La camarera se acercó a la mesa para tomar sus órdenes.

—Buenos tardes, ¿qué les puedo servir?—preguntó la empleada del lugar. 

De esa forma, ambos miraron el menú y dijeron casi al unísono la misma petición: 

—Un café con leche y una porción de tarta de manzana, por favor.

Los dos no pudieron evitar reírse de aquella situación, mientras la camarera los veía a ambos con cierta ternura. Luego de tomar la orden, la mujer se alejó. Rin y Dan comenzaron a entablar una fluida e interesante conversación. 

A Rin le resultaba inevitable no reírse, aquel chico era realmente agradable. Luego de indagar sobre otros aspectos de su vida, se miraron fijamente. 

La mujer sintió una especie de mariposas en el estómago, que le hicieron sonreír más ampliamente. En ese instante, finalmente era como si Sesshomaru hubiese desaparecido de su mente. 

—Me gustaría verte de nuevo—propuso Dan, a lo que Rin asintió, deseando concretar pronto otro encuentro. 

De esa forma se despidieron con un beso en la mejilla y cada uno se fue a su respectiva casa, sin poder evitar pensar en la conexión especial que sentían el uno por el otro. 

De regreso a su hogar, Rin se dirigió inmediatamente a la habitación de su hijo, encontrándolo completamente dormido. Al reparar en su bebé no pudo evitar notar los rasgos similares que compartía con su padre. Y de esa manera, Sesshomaru regresó a su mente, tan presente y avasallador como siempre. 

«Ya lo olvidarás, Rin», se animó a sí misma, sin querer perder la esperanza de desterrar para siempre de su corazón su amor por él. 

Y con todas las esperanzas puestas en ese objetivo, Rin siguió viendo a Dan. Las citas no eran tan seguidas, pero en cada oportunidad que tenían de compartir juntos se sentía volar. Era como si finalmente pudiese estar segura de que era la única en la vida de alguien, de que si la sabrían valorar. 

Y de esa forma, para el primer cumpleaños del pequeño Ren, Rin decidió que era el momento de que Dan conociera a su hijo, así que lo invitó a la fiesta que haría en honor a su primer añito. Sin embargo, quizás esa no había sido la mejor elección, porque se había olvidado por completo que en esa celebración no solo estaría su hijo, sino que también estaría el padre del niño…

CORAZÓN ALMIBARADO | SESSHRIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora