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—Adara abre me la puerta, vamos ya tienes días así, porque no contestas mis llamadas, mucho menos quieres verme, sé que soy algo ligero de cascos, vamos no sea así, es inmaduro.

Adara solo lo escuchaba hablar mientras ella era se removía sin ánimos de nada, los días habían sido horribles para ella, sobre todo el día que salió de la oficina molesta.

No es que le importara con quien se metía, si no que odiaba a las mujeres como ella, le hacía recordar a esa mujer, y aunque no tuvo ningún contacto odiaba eso.

Porque eran así, creyéndose tanto, mejor que otras.

Y como a esos hombres les puede gustar mujeres así, se frustro tanto que termino por acabare un litro de nieve y rematar con una bolsa de papas fritas.

Jama había sido de esas mujeres que muestran en las películas que se sienten despechadas y están comiendo en el sofá con un pijama que no se han quitado en tres días.

Y todo para terminar vaciando en el baño, su cara se miraba pálida, ojerosa y cansada odiaba que la gastritis no bajara, tomo pastillas y anti reflujos y nada cesaba,

Algo no estaba bien con su cuerpo, sus pechos estaban algo sensibles y su humor era insoportable, jamás había sido perezosa todo le daba flojera hacer, como quedarse todo el día.

No hasta... Su mente le hizo ver, negó pero debía confirmarlo.

—Bien cuando fue su último periodo—fue que las alertas sonaron en su cabeza.

Había tenido un retraso, pero lo catalogo con un episodio de estrés, ya le había paso en sus embarazos y eso la lleno de temor, porque podría estarlo y si lo estaba.

La idea que paso intimidad con lobezno quería olvidarlo.

—Adara ¿pasa algo?

—Es posible que esté embarazada—cuestión ella incomoda—Bueno no había tenido nada, ya sabe nada de nada con nadie, salvo hace ya un par de semanas.

— ¿Usaron protección? —pregunto la doctora.

¿Qué si usaron? Como saberlo si no se acuerda como es que terminaron en la cama, y solo para torturase días después que la realidad la golpeo con esa posiciones sacadas de un libro porno.

Se acomodó la blusa del cuello sintiendo calor, porque tocar el tema solo le hace recordar que voz Lorenzo desnudo, en su habitaron con su cosa colgando.

—Adara, bueno comprendo que algunas mujeres les da pena, pero recordemos que ya eres una mujer adulta, has tenido dos abortos, supongo que no tenías pensado la idea de un embarazo por lo que ha sucedido, es normal a veces se nos pasa, haremos un test de embarazo ¿Estás de acuerdo?

—Por supuesto.

Adara se quedó mirando la ventana, mientras Lorenzo no deja de gritar y eso empieza irritarla más, no quiere tener problemas con los vecinos así que toma sus pantuflas y sale de su habitación para poner fin a esto.

Realmente debía hablar con él, pero solo quería tener un poco más de tiempo, pero Lorenzo no era un nombre que le gusta esperar, es impaciente y berrinchudo.

Abrió la puerta y lo vio ahí, y como el no dejo de verla ante la ropa que tenía.

—Diablos te vez muy mal, pensé que estabas muerta, dejaste de ir al trabajo una semana, dime que sucede contigo, Adara somos amigos, eres mi amiga te quiero mucho.

— ¿Qué quieres Lorenzo? Pensé que después de aquello seria despedida y contratarías a pechos de globos con boca de pez, porque te las consigues así.

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