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José Manuel miraba el informe del ultimo del mes, estaba algo estresado, su relación con Erika cada vez se va hacia abajo, con este segundo embarazo, no encuentra la salida, le arruino sus planes.

Como puso embarazarse ella, como pudo ser tan imbécil, ahora lo presiona con casarse, y tiene a sus padres haciéndole segunda sobre la insistencia de casarlo, no iba hacerlo cometió el error de darle el divorcio Adara.

Pudo negarse creyó que con Erika la pasaba bien en el ámbito sexual, la mujer sabe follar bien, pero no iba a vivir de solo follar, ella no era como Adara atenta en la casa, es descuidad con la beba tiene que hacer todo cuando llega a casa.

Solo quiere gastar en cosas innecesaria y pasearse en el centro comercial como si no tuviera una hija.

Se froto el rostro con fuerza, estaba ansioso y desesperado, porque si creía que podrá buscar Adara, no tenía ninguna oportunidad ahora, menos si llegara enterarse que Erika tendrá otro bebe.

Sabe que ella siempre quiso ser madre y nunca pudieron ser padres, jamás llego a mitad de embarazo.

También el sufrió con la perdida, pero ella se alejó de él.

—No ibas a creer a quien mire en el centro comercial.

—Cuantas veces te he dicho que debes tocar antes de entrar.

—Ya vas empezar, porque siempre te quejas, debes complacerme soy tu mujer y estoy algo sensible, con este embarazo me volveré loca.

—Mejor dime que es lo que quieres.

—Estas de mal humor, no lo sé José, pero desde que te dije del embarazo estas distante, no puedes dejarme te lo recuerdo, no cuando estoy embarazada y te di una hija, lo que siempre has deseado ser padre—espeto ella.

—Amo a mi hija, y amare a este bebe.

—¿Me amabas? —preguntó abrazándolo del cuello.

—por supuesto es solo que estoy algo estresado con el trabajo, solo es eso.

—Eso es verdad.

—No tienes porque dudarlo.

—Te amo José Manuel, sabes lo que he pasado, para estar contigo, ser juzgada, las esposas de tus amigos, no les agrado, porque no soy tu ex, trato de ser amable con ellas, pero no puedo.

—Solo dales tiempo.

—¿Tiempo? Estamos juntos tres años, y dos años de que todos saben nuestra relación, al menos a nuestra hija la acepta, pero me duele como me miran, sé que no soy como ella.

—Tu eres mejor—mintió él.

—¿Eso crees?

—Por supuesto, por algo estoy contigo, eres la madre de mis hijos, debo amarte —acaricio su mejilla—Dime a que has venido, noto que estas más ansiosa que yo, y una, vienes si no tiene algo que decir.

—Tienes razón, lo estaba olvidando amor, pero creo que tu ex esposa se lo tenía bien guardado. —José Manuel frunció el ceño—Amor no hagas esa cara o me pondré celosa.

—¿Qué cara? Solo es que no se me hace raro que menciones Adara, siempre te molesta, no tienes por qué estar celosa con ella, tú estás conmigo, te elegí a ti, no a ella.

—Pero no quieres casarte.

—Bueno podemos hablar sobre es después, menos ahora estas embarazada, tal vez cuando des a luz, podamos tocar ese tema de la boda.

—Aun así, no me gusta que mi s hermanos digan que no me amas, o que mi padre te esté presionando con casarnos, por nuestra hija, que debe crecer en un matrimonio, José Manuel no tienes nada que pensar, soy la mujer adecuada para ti, y te perdono por decirme cosas feas, pero sé que no era intencional, solo estabas estresado por ello.

—Tienes razón, yo...Yo de cosas que no debía decir, pero dime que traes con Adara ahora, tenías tiempo sin mencionarla. —Erika sonrió, beso a su pareja luego lo vio a los ojos fijamente.

—la vi en la tienda de bebes.

—¿Tienda de bebés?

—Sí, estaba comprando algunas cosas para nuestro bebe, y la vi a ella comprando lo mismo.

—¿Qué raro? Debió hacer un regalo—Erika negó, se mordió el labio.

—Nada de eso amor, parece que tu ex mujer le hicieron el milagro—José Manuel parpadeo—Me felicito por abrirle los ojos la clase de hombre que le quite, pro dios, como se atreve a decir eso de ti, y que ella estaba completamente feliz, porque seria madre.

—¿Madre? Eso es imposible—dijo molesto.

—Nada de eso, amor, insinuó que ella es feliz con sus bebes, puedes creerlo dio a entender que esta embarazada, pero supongo que solo lo dijo para no sentirse mal, pobre cita le falta amor, te has puesto serio.

—Nada de eso solo me quede pensando en lo que has dicho, Adara tiene problemas de fertilidad, ya sabes, yo mismo to le dicho, estuvo embarazada dos veces y no logro completar el embarazo, el primero no llego al primer trimestre, y el segundo apenas logro llegar, pero no puedo su cuerpo aceptarlo, no sé cómo funciona eso, pero porque no vas a casa, terminare temprano e iré a cenar.

—Lo prometes, porque tienes días que no lo haces como antes, la niña te extraña amor, solo te quiere a ti.

—Si estaré ahí, y le daré le beso de buenas noches a mi hija, sabes que es lo que más amo en el mundo.

—Y yo.

—Te amo, no lo preguntes sabes que te amo, eres la madre de mi hija. —Erika sonrió asintió y el dio un beso de despedida.

José Manuel sonrió cuando Erika se fue, para volverse una amarga, no podía ser verdad, Adara no podía estar embarazada, ella tuvo dos abortos, y tal vez ver a Erika, se puso celosa dijo eso, una sonrisa se formó porque tal vez aun lo recordaba.

Se puso de pie y si ella estaba en la ciudad debía estar en casa de su madre, solo quería una última esperanza de que, si lo aceptaba en su vida, podría hacerse cargo de sus hijos, ella no podía olvidarlo y decirle eso a Erika.

Podía jurar que solo fueron palabras para no sentirse mal porque Erika le ha dado dos hijos y ella no pudo, aun así, la aceptaría si no le da hijos.

—Sé que aún no has podido olvidarme, y todo lo que has dicho es para hacerme llegar que estas dolida, y si lo estas aun puedo tenerte Adara aún.

Lo que no sabía José Manuel que se llevaría una gran sorpresa de una vez por todas.

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