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Adara pego su frente en el hombro de Lorenzo mientras e la tomaba de sus nalgas alzándolas, el contacto visual se tensa entre ellos.

Ella se meneo sobre su miembro en aquel sofá, gimió al sentir como toda su carne entraba en él.

Ambos se vieron a los ojos, y empezó el juego de movimientos, lentos, pero tan profundos que sus bocas se abren mezclando aquella respiración, Él sonríe descarado mientras ella tiene las mejillas rojas.

Acto que le parece excitante al mismo Lorenzo.

La guía y profundiza cada embestida alzando su pelvis, ella suelta un pequeño grito que cubre con su mano mientras él no se dé tiene al verla rebotar sobre él.

Ambos buscan su propio placer, pero es Adara quien terminada contralando todo con aquellos movimientos circulares, aquellos que Lorenzo se muerde la boca como esa mujer se mueve sobre su amigo.

Baja la vista y vie su vientre que recorre hasta sus pechos que toma y los lleva a la boca mordiéndolos mientras ella se sostiene de los hombros de Lorenzo. Disfrutan y se miran cómplices hasta soltar su orgasmo, Adara tiembla y el descara todo dentro de ella.

La abraza con más fuerza dejado que las ultimas embestidas sean lentas que ella jadea agitada hasta detenerse, acurrucándose en el pecho de Lorenzo.

—Esto estuvo...Bien—dijo el apretando el trasero de Adara—Me gusta tu cuerpo, se ve sexi. —Adara se apartó para verlo a la cara—Porque me vez así.

—Porque no soy sexi.

—Claro que lo eres, quien dijo que no lo eres—cuestiono Lorenzo.

—Es solo que nunca me he considerado Sexi, solo una mujer promedio como las demás, normales.

—Vamos Adara lo eres, además me consta tenías una lista grande de pretendientes—comentó por qué él era uno de esa fila.

—De donde sacas eso.

—Porque soy hombre y me consta que lo eres, vaya suerte tengo ahora, tendré una esposa sexi—sonrió que ella estampo su mano en su rostro. —¡Adara!

—Eres un tonto, lo sabes verdad, agradezco el cumplido, pero siento que no lo soy, no es cuestiono de seguridad, pero sí puedo decirte que no lo soy.

—Entonces para mí lo eres, no solo eso, eres una domadora—ella rodo los ojos. —Porque no vamos a la cama ahora.

—Eres un caliente Lorenzo Real.

—Soy un adicto al sexo más bien, y voy a querer tener mucho sexo—demando ante el grito de Adara al ser tomada de los muslos y llevada a la habitación.

Lorenzo sonrió y volvió a tomarla de las piernas de las cuales separo acomodándose en medio de ella, la beso y acaricio su cuerpo, mientras Adara no puso objeción al contrario dejo que Lorenzo tuviera el control de su cuerpo,

La hizo suya tanto que perdió la cuenta siendo arrastrada por el cansancio, solo para despertar adolorida de la cintura.

El mismo dolor que haced un par de meses cuando ambos despertaron, debía levantarse, le costaba y eso también era porque la mano de Lorenzo estaba en su cintura.

Giro su rostro donde lo vio tan de cercas al suyo, aun dormido era un hombre atractivo, preguntándose si tendría problemas por ello, acaricio su cabello castaño lacio y alargado y eso le daba aire de chico malo.

Nada que ver con el Lorenzo de la universidad, el chico que debía ella ayudarlo cuando se metía en problemas y donde siempre miraba pasar una pasarela de chicas, aunque él lo niegue que era algo calmado, eso atraía a las demás chicas.

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