VI

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Gaby bajó del auto corriendo una vez Andrés se estacionó frente a la entrada principal de la hacienda de Norma & Juan.

— ¡Sobrinos! — Saludó Juan a los muchachos.
Gaby abrazó a su tío & luego Andrés hizo lo mismo.
— ¿& papá? — Cuestionó la muchacha al instante.
Juan sonrió con ternura.

Gaby era la copia exacta de Franco, pero también había muchas cosas de su personalidad que le recordaban a su hermana Lidia, su bondad & su impaciencia eran algunas de ellas.

— Aquel cabezón quiso dar una vuelta por los alrededores, estaba igual de impaciente que tú & quiso relajarse un poco, no creo que tarde.
Gaby asintió sonriente.
— Mamá hizo lo mismo, & dijo que nos encontraría acá.
— Quizá se crucen ellos primero.

Exclamó Andrés mirando con complicidad a su hermana menor.

____

Sexto galopeaba a paso vertiginoso por el camino que probablemente se sabía de memoria. Sara daba su vuelta cotidiana mientras en su cabeza repasaba todo lo que había sucedido las últimas horas.

— ¿Sara?...

Escuchó su nombre de aquella peculiar voz.

Sin darse cuenta había llegado al lago & franco al verle quedo deslumbrado. Sara no había notado su presencia pues estaba sumida en sus propios pensamientos.

— Franco... —Aclaro su voz. Se escuchó nerviosa & no quería que él lo supiera.— ¿Que haces acá?

Sexto se inquietó al sentirla tensa, pero ella lo tranquilizó con algunas caricias.

— Quise dar una vuelta &... terminé aquí.—Contestó con sinceridad, ella simplemente asintió. Aquel lugar significaba mucho para ambos.
— ¿Puedo?

Pregunto el ojiazul acercándose para ayudarla a bajar & aunque ella moría por dejarlo se negó. Retrocedió con su caballo para luego bajarse del mismo por si sola. Franco sintió una punzada en el corazón.

Flashback

—!Ven aquí! — exclamó su marido tomándola de la cintura para ayudar a bajarla del enorme caballo.
Sara rió al sentir las manos de franco sobre su trasero una vez sus pies tocaron el piso.
— ¿Sabes que me puedo bajar sola verdad.?
— Lo se. Pero amo ayudarte. —Ronroneo sobre sus oído. Ella sonrió.
— & yo amo que ames hacerlo. Aunque me vas a mal acostumbrar, sabes? & cuando no puedas tú hacerlo le tendré que pedir ayuda algún peón & ...
— ¡Ni se te ocurra Sara!—La cortó ceñudo causando una fuerte carcajada en ella.
— Hay varios peones por ahí que quizá se voluntareen &...
— Sara...
— Les diré; "me tienen que bajar igual que mi marido lo hace. primero me tienen que tomar de la cintura, luego pegarme a su cuerpo para luego posar sus manos en mi tras...
— Óyeme una cosa...

Franco volvió a cortar las palabras de su esposa mientras la tomaba del rostro con brusquedad cuidando de no lastimarla. Ella sonrió para luego morder su labio inferior. Hacía poco había descubierto que su marido efectivamente era una hombre celoso. Seguro de sí mismo, & de su relación, pero era un tanto posesivo con ella, & eso a ella aunque no lo demostrara & jamás se lo admitiría le gustaba, así que disfrutaba de vez cuando jugar con él.
— Si algún hombre se atreve a tan siquiera tocar las riendas del caballo del que estés montada, le cortaré las manos.
—¡Franco!... — Le riño con sus ojos abiertos de par en par.
— & eso es solo con tocar las riendas. Si te toca a ti, juro por dios que le cortaré la cabeza.
— ¡Oye!! .. Que sangriento— Se chasqueó rodeando sus manos en el cuello masculino, notando el tenso cuerpo del mismo. — Estoy bromeando— Aclaro— Ningún hombre me va ayudar a abajar del caballo, entendido?... Tú, solo tú tienes ese derecho.

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