Amor Forzado - Ereri

CAPÍTULO 11

Escuchar a Eren leer en la sala no era lo mismo que escucharlo en la habitación, pues aunque nadie los interrumpía, no se formaba la misma atmósfera íntima que compartían en su alcoba o en la del mayor. Era placentero poder escuchar su voz mientras relataba la historia que estaba leyendo, pero algo faltaba en aquella ocasión y no podía identificar qué.

- ¿Puedo sentarme a tu lado? – preguntó Levi de pronto interrumpiendo la lectura de Eren.

- Claro que sí Levi, ¿Necesitas que hablé más alto? – el mayor pensó que tal vez eso era lo que el joven necesitaba.

- No, es solo que me gustaría ir leyendo al mismo tiempo que escucho tu voz ¿Te molesta? – se excusó Levi.

- No, ven aquí – sonrió Eren y se acomodó mejor en el sillón.

Levi se levantó y caminó hasta el amplio sillón en el que se encontraba Eren. Se sentó a su lado y observó el libro que el mayor sostenía en sus manos. Sonrió de lado y giró su mirada a los ojos de Eren. Estaban relativamente cerca.

- No tiene dibujos – expresó más como afirmación que como pregunta.

- No, no hay ilustraciones – afirmó Eren - ¿Querías saber cómo lucen Lucifer y Metratón?

- Tengo en mi mente una idea de cómo podrían ser, pero no niego que me gustaría saber si son como el escritor los imaginó también.

- Te entiendo – sonrió Eren - ¿Decepcionado? – preguntó haciendo referencia a la falta de dibujos.

- No, aún puedo cerrar los ojos, escuchar tu voz y recrear la historia en mi mente – contestó Levi – puedes continuar cuando quieras.

Eren asintió sonriendo y ubicó sus ojos en la parte en la que se había quedado. Con Levi a su lado, sentía la misma armonía que cuando estaban a solas en la habitación. Sin embargo, Eren sabía que debía de parar aquellos sentimientos de "conexión" que sentía con el menor porque de antemano era consciente que no eran correspondidos.

Tal vez Levi estaba acercándose un poco más a él, pero definitivamente no era porque sintiera amor, más bien creía que éste se sentía solo y necesitaba compañía. Y él con gusto se la daría sin importar nada. Aun y formando su familia, se encargaría de que Levi nunca se sintiera solo y que jamás le faltase algo.

Por ese mismo motivo, deseaba que Levi conociera a Armin, era importante para él que su posible futuro esposo aceptara a Levi y viceversa. Y si eso llegase a pasar, entonces podía estar tranquilo, pero ¿Qué pasaría cuando Levi encontrase alguien para establecerse?

Concentrado en sus propios pensamientos y en la lectura, Eren sintió un peso extra en su hombro y se detuvo para verificar de qué se trataba. Era Levi, específicamente la cabeza del menor reposando sobre su hombro. La sonrisa que el joven le regaló a pesar de que tenía los ojos cerrados le dijo que en realidad no estaba dormido, sino que prestaba atención a la historia y la estaba recreando en su cabeza. Sonrió para sus adentros lleno de felicidad, pero su cabeza le dijo fríamente que no se ilusionara, aun así, era agradable disfrutar de la bella compañía de Levi. Tal vez no habían podido llegar a formar un matrimonio, pero nada impedía que entre ellos pudiera surgir una linda amistad, no era lo que realmente quería, pero era mejor que nada.

Eren siguió leyendo hasta el punto en el que sintió la mano de Levi sobre su brazo. El joven se había quedado dormido y de alguna manera rodeaba su extremidad tal vez imaginando que se trataba de su almohada. Era completamente normal que Levi se durmiera durante la lectura, el joven llevaba meses teniendo pésimos hábitos de sueño así que no le molestaba en lo absoluto.

Cerró el libro y se quedó quieto y en silencio pensando en lo mucho que había cambiado su vida desde la llegaba de Levi a ella. El día de la celebración de compromiso, no había sido la primera vez que lo había visto. Y entonces a su mente llegaron los recuerdos de cómo y cuándo había conocido al hermoso joven Levi Ackerman.