CAPíTULO 3

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Viajar era bueno para su salud mental y para su alma. Viajar le permitía cambiar la rutina y mejorar su estado de ánimo. A él le gustaba conocer diferentes ciudades pues era sumamente relajante observar los hermosos paisajes, explorar nuevos lugares y visitar otros sitios. Sin embargo, tarde o temprano tenía que volver a la realidad, no quería hacerlo, pero sus responsabilidades en Londres lo obligaban a regresar. En caso no tenía una familia que esperase con ansias volver a verlo, pero sus negocios eran igualmente demandantes y aunque contaba con un buen equipo de trabajo que lo ayudaba a dirigir su negocio, había cosas de las que debía encargarse él mismo.

Pero, si era sincero consigo mismo, el principal motivo para querer retrasar tanto su regreso tenía nombre y apellido. Levi Ackerman. El indómito muchacho que lo había rechazado dos meses atrás, no salía de su cabeza. Su mente jugaba en su contra y se negaba a soltarlo. El atractivo joven aparecía en sus pensamientos varias veces durante el día y eso lo estaba volviendo loco.

Eren disfrutó muchísimo de su viaje, eso no lo iba a negar, incluso se permitió hacer nuevos amigos y potenciales socios comerciales, pero el recuerdo de esos hermosos ojos grises estaba atormentándolo al grado de anhelar intensamente volver a verlos una vez más. Pero no podía... o más bien no debía hacerlo. Si quería superar aquel rechazo tenía que mantenerse lo más alejado posible.

El joven estaba lejos de su liga, desafortunadamente Levi ya había entregado su corazón a alguien más y él, nuevamente, había llegado demasiado tarde. Jamás se había sentido tan desilusionado y frustrado con un rechazo como se sentía con el de Levi. Desde el primer instante que lo vio, el joven lo había cautivado y para nada era un sacrificio casarse con él sino todo lo contrario, se sentía muy afortunado de poder unir su vida a la de Levi Ackerman.

Pero tal parecía que el amor no era para él. Levi, no era su primer rechazo pero si el que más le había dolido. Y saberse en la misma ciudad que aquel muchacho, sin duda era un calvario para él. A lo que más temía era enterarse que ya estaba compartiendo su vida con alguien más, no se creía capaz de resistirlo, mucho menos verlo pues con solo imaginarlo le dolía el corazón, así que verlo con sus propios ojos sería su muerte segura.

De pronto, el lujoso carruaje en el que viajaba frenó abruptamente haciéndolo caer de su asiento. Casi se golpea el rostro con el asiento de tenía enfrente de no ser por sus excelentes reflejos y su rápida reacción. Corrió un poco la cortina que cubría la ventana para observar al exterior y ver por qué su chófer había frenado de esa manera. Grande fue sorpresa al verse justo fuera de la casa de Levi. ¿De verdad el destino era así de cruel con él?

- ¿Se encuentra bien señor? – preguntó el empleado de Eren que se encontraba manejando el carruaje ante el incidente.

- ¿Qué pasó, por qué frenaste de esa manera Marco, estás bien? – cuestionó Eren preocupado.

- Yo me encuentro bien señor, pero un joven se atravesó inesperadamente y casi lo golpeamos con un de los caballos – explicó Marco – una mujer lo aventó justamente cuando pasábamos –

Eren se preocupó y bajó inmediatamente del vehículo. Esperaba no haber causado un daño al dichoso joven porque un golpe de caballo podía ser mortal. Sin embargo, no pudo dar más de dos pasos cuando quedó en shock ante lo que presenciaban sus ojos.

- ¡Mamá por favor! – pidió un Levi lloroso y visiblemente golpeado – Farlan...

- Ya no eres bienvenido en esta casa Levi – interrumpió su madre impidiéndole el paso a la residencia – ayer por la noche tomaste la decisión de irte a enredar con ese maldito mugroso, hazte responsable de tus acciones – Kuchel sabía que estaban montando un terrible espectáculo en la calle a plena luz del día, pero se encontraba visiblemente molesta por las acciones que había hecho Levi la noche anterior.

Amor Forzado - EreriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora