4. La inocencia y la empatía.

175 20 4
                                    

Y ahí estaba ella, acostada en mi cama y yo sentada acariciándola. Aproveché para sacar un cuchillo de mi bolsillo, ¿que podía hacerle?

¿Lastimarle todo el rostro para que quedara horrible? No... se darán cuenta.

¿Directamente clavarle el cuchillo? No, ¿donde oculto el cuerpo? Se daran cuenta...

¿Destriparla y matar mi curiosidad de como es el cuerpo por dentro? Buena idea pero no me pinta.

¿Cortarlo los dedos? No, ¿para que?

¿Observarla? Mm tal vez.

Se acabaron las ideas de mi cabeza y decidí guardar el cuchillo, sentía empatía, era inocente... el sultán siempre elije a otras mujeres... no hace falta matarla... es muy hermosa.
Le acaricié el rostro y el cabello, esos bucles hicieron aparecer una sonrisa en mi rostro, ¿por qué era tan linda? ¿Y por que yo sentía bichos en mi en el estomago? ¿Me habrá endemoniado?

Seguí mirándola y acaricié cintura. Era tan perfecta... me daba un poco de envidia pero ya no importa, no me importa enamorar al sultán ahora...

Seguí acariciandole todo el cuerpo, los brazos, el pecho, la cintura, las manos, los hombros... no se porqué... pero lo hacía. Ignoré mi cabeza y me puse a escuchar mi corazón.

Me puse a pensar un momento y darme cuenta que estaba en desmayo, no muerta y eso me hizo mas feliz. Se ve tan bien en mi cama... no sabía mas que hacer...

Derrepente abrió los ojos y yo tenia la mano en su rostro. Me asusté y la saqué de allí pero era demasiado tarde.

"¿Mahidevran, que sucedió?" – salieron sus primeras palabras después del desmayo
–"Hürrem... te... te desmayaste, ¿cómo te sientes?" – Le pregunté preocupada y nerviosa
–"Estoy bien... Gracias"Me mira con sus ojos de mar y me pregunta: – "¿Por qué estoy en tu cama Mahidevran?"

Suspiro –"Porque... porque te desmayaste y te puse acá, no sabía donde mas ponerte..." – tartamudé.

–"Pero hubieses llamado al médico" – Dijo levantándose de la cama y dirigiéndose hacia la puerta y tratando de abrirla . –¿"Por qué no abre?" –Dijo y trató de abrir la puerta con todas sus fuerzas empujando una y otra vez.

Vi que no podía y decidí ayudarla. Me puse detrás de ella y también intenté abrir la puerta, nuestras manos se tocaban.

–"Se trabó, no vamos a poder, Mahid... devran..."

–"Está bien, no me molesta que me llames así" – le dije con una sonrisa que ella no pudo ver.

Seguíamos tratando de abrir la puerta. Yo ni siquiera hacía fuerza pero suponía que si. Ella empujaba y cada vez nuestro cuerpos chocaban mas. Tenía su pelo en mi rostro.

Hundiéndome En Su Mirada • Mahidevran Y Hürrem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora