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   A mis veinte años de edad, CREO, que puedo describirme tanto en mi forma de ser como físicamente. No sé cómo va a salir, nunca fui una gran habladora, más bien sí lo era, solía serlo.

   Me llamo Melisa Castellanos, como he dicho tengo veinte años de edad (recién cumplidos). Soy irascible, irritable, pesimista, egoísta, sumamente insegura, antipática, mal humorada y tengo cero empatía hacia los demás. Pero todo tiene su razón y su lado bueno, mi razón será desarrollada a lo largo del libro, y sobre mi lado bueno, bueno digamos que soy...tio estoy perdidísima, mira en lo que me he convertido.

   Os estareis preguntando, ¿De qué coño habla esta tia? Varios factores que me han convertido en un monstruo infeliz. Todo comenzó hace un año. Iba entrando a la universidad, era mi primera vez, hace algunos meses había terminado el colegio, estaba con muchas ganas y ansiosa por asistir a la universidad, aparte nunca había entrado a un campus. Estaria en la universidad 24/7, puede sonar como la típica estudiosa, pero joder, me gustaba mi carrera.

   ¿Mi carrera? Audiovisuales. Siempre, desde pequeña, amé el cine y el teatro. Me volvía loca. Y lo sigue haciendo. Toda la vida me ha gustado cantar y actuar, sino preguntadle a mis padres. Os contarían que pasaba horas en mi habitación pegada al ordenador con un micrófono y un piano trantando de componer canciones, os dirían que en su momento me encapriché muchísimo para que me paguen clases de canto y actuación. Y creedme cuando os digo que no es justamente agradable escuchar a una niña de 7 años suplicandote día y noche. Bueno tal vez sólo durante el día.

   Recuerdo que mi sueño era protagonizar un musical o ser la estrella de una película reconocida, tenía grandes esperanzas respecto a ello, obviamente crecí y a su vez maduré, y descarté esas ideas imposibles de realizar. Además que siempre he sido vergonzosa, sé que eso no encaja con mis sueños de pequeña pero así era, he tenido vergüenza mayormente de mi aspecto físico desde como ya os habreis dado cuenta, muy pequeña. Me sentía más grande que las demás niñas y eso con la sociedad de hoy en día no ayuda a la autoestima, todo lo contrario.

   Si estais curiosos sobre si me pagaron las clases de actuación y canto o no, lo hiceron. Estudié de los siete años a los diez y nueve pero lo dejé por el cambio que suponía la universidad. Desde que nací fueron muy buenos padres, y lo son en la actualidad, ya que después de un año me siguen pagando la cuota mensual de la universidad. Lo malo es que no he tenido tiempo para hacerles una visita puesto que viven aproximadamente a cuatroscientos kilómetros de Madrid, en Murcia y la oportunidad no se ha dado o no he tenido tiempo. En su mayoría nos contactamos mediante videollamadas. Es cierto que podría haber estudiado en mi ciudad natal para evitar separarme de ellos pero estaba harta del lugar, necesitaba un cambio. Un cambio que más adelante os contaré que me costó o casi me costó,  (no quiero adelantar  hechos a nadie) mi salud mental, fisiológica y emocional.

   Pero eso ocurre durante el primer año de universidad, cuando Ollie aparece.

Love & Bones. (Olliegamerz) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora