IV

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   Había pasado una semana desde que Ariana me presentó a Ollie. El chico era simpático y risueño, entramos en confianza bastante rápido, no es que le contaria mis secretos más secretos, valga la redundancia, sino que ya no era un extraño. En seguida nos dimos cuenta de la química que había entre los dos cuando conversabamos. Era como si nos hubieramos conocido hace mucho tiempo. No tarde en darme cuenta de que seriamos grandes amigos.

   Hablando de Ollie, hoy vendria a mi dormitorio. Un profesor nos había entregado un trabajo práctico y decidimos hacerlo juntos. Conociendo cómo eramos cuando estabamos juntos, el trabajo tenia pinta de que no iba a estar terminado para cuando el se vaya a su habitación.

   —Me voy.

   —Cuidado con lo que hacen—. Guiñe el ojo. Según me había dicho se iba a ver con un chico al que le había hechado el ojo.

   —¿Yo? Yo no soy la que se queda sola con un chico.

   —¿No estarán solos? ¡Qué decepción!—. Cambié de tema, claramente se referia a Ollie y ami pero no le daba importancia, solo eran bromas.

   —No...seremos más personas. ¿Segura que no quieren venir tu y Ollie? No entiendo cómo prefieren quedarse haciendo tarea.

   —No, gracias. Además no es aburrido estar con él.

   —Vale, nos vemos entonces—. Me lanzó un beso y salió por la puerta.

   En media hora llegaria Ollie, aproveché a ducharme rápidamente y me recosté.

   Desperté exhaltada. La puerta. Me había quedado dormida y no por mucho tiempo, seguramente habían sido a penas cinco minutos. Seguía con el toayon en la cabeza y aún así abrí la puerta sabiendo que era Ollie.

   —Hola— Me besó en la mejilla.

   —Hola, pasa—. Sonreí.

   Cerré la puerta, me senté en el escritorio y él en mi cama.

   — Bueno, bueno. ¡Qué linda estas hoy Mel! — Señalo mi cabeza.

   —Ja ja, qué gracioso, es la última moda. — También señale el toayon de mi cabeza. — Bueno, ¿Lo hacemos?

   —Eh...—Sonrió y suspiró.

   —¿En serio lo vas a mal pensar Ollie? Te creía más maduro,la verdad.

   —¿De qué hablas?— Su cara de desentendido me mataba. Era tierno.

   —Ya. Tonto.

   Fui a por mis libros y útiles para comenzar con el trabajo. Al verme Ollie dijo algo que me hizo gracia, algo que también me enojó. Pero siendo sincera, al fin y al cabo es imposible enojarse con él.

   —No tengo ganas de hacerlo.

   Esta vez fui yo la que lo miro buscandole el segundo sentido a la frase.

   —Luego te quejaras de mi.

   —Tranquilo fiera—. Le lancé una sabana que estaba encima de la silla. Reí. Le había caído en la cara.

   Se la quitó, se paró y se acercó peligrosamente. Posó una mano sobre el respaldo de la silla en la que estaba sentada y la otra en el escrtorio, dejandome acorralada e inmóvil.

   —¿Qué te pasa?—Estaba demasiado cerca de mi cara pero no me incomodaba.

   —¿Qué te pasa?— Me copié  burlona.

   —No quiero hacer tarea—. Se quejó de nuevo, seguia sin moverse.

   Posicione la palma de mi mano en su pecho y lo alejé. Me reí y hablé.

   —¿Qué quieres hacer entonces?

   —Eeh... ¿Te parece una peli?

   —¿Sabes que si hacemos otra cosa no haremos la tarea?

   —La hacemos otro dia. Venga mujer, que veremos una peli.

   —Vale—. Alargue la "a" no muy convencida. —Pero no porque tú  quieras, no me convences, la verdad es que yo tampoco tenía ganas.

   —Si, es que te veia con taaan pocas ganas sacando los libros y eso.

   —¿Y ese saracasmo? ¿De dónde ha salido?— Levanté una ceja.

   —¿Vemos la peli o qué?

   —No.

   —¿En serio?

   —Si. Es que es muy cliché ver una peli, ¿No crees?

   —Si, la verdad. ¿Entonces?

   —¿Y si vamos a dar un paseo por el campus?

   La noche estaba preciosa, no hacia frío ni calor y la leve brisa terminaba de hacer del ambiente uno perfecto. Caminabamos en silencio. El patio estaba bastante tranquilo, no habían muchos esrudiantes.

   De repente Ollie tomo mi brazo, me guió unos pasos hacia un árbol, se sentó y lo imite. Me sentía tan tranquila a su lado.

   Me encontraba sentada contra un árbol y mis piernas las tenía estiradas.

   —¿Estas bien? — Se giró hacia ami.

   —Si, ¿Por?

   —No sé, me preocupo.

   —¿De qué hablas?

   —He notado algo desde que te conocí.

   —¿Qué cosa?— El chico era cada vez mas misterioso.

   —Nunca te he visto comer. En esta semana has bajado de peso y es notorio

   —Ollie, no se de qué hablas.

   Puso cara de incredulo.

   —¿Estas segura?

   —¡Obvio! No tienes de qué preocuparte. ¿Qué insinuas Ollie?

   —Nada, lo siento.

   Estuvimos hablando una hora más desde esa incómoda conversación. Me acompañó hasta mi dormitorio, me saludo con un beso y me dejó sola.

   Ariana todavía no llegaba así que me dispuse a dormir pero no podía, lo que me había preguntado Ollie estaba dando vueltas por mi cabeza. ¿Se había dado cuenta de mi inconveniente con la comida? Es que no me gusta comer en público, joder, y menos delante de él. Sí era verdad que había bajado un poco de peso, pero desde que deje la casa de mis padres se me hace difícil no saltearme las comidas. A veces era conciente de que no comía pero eran pocas y tenian su por qué. Como os dije en el primer capítulo, siempre he tenido verguenza de mi cuerpo. Puede sonar patético viniendo de una chica de veinte años, lo sé, pero así soy. Parece que la inseguridad me va a peseguir hasta el final de los tiempos.

No sé qué pasa que wattpad elimina las sangrías que dejo, cambia las rayas de diálogo por guiones y elimina el espacio que dejo entre párrafos. Me disculpo por eso.

Love & Bones. (Olliegamerz) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora