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   Mi dieta había cambiado, me obligué a mí misma a hacerlo, no quería que hayan ciertas opiniones de mí por los pasillos, había vuelto a comer como una persona normal, pero en consecuencia también había  cambiado mi estado de humor y de ánimo, me encontraba decaida la mayoria del tiempo. Estaba sumamente irritable, me molestaba todo y me cabreaba fácilmente con las personas a mi alrededor, lo que me llevó a una mini discusión con mi compañera de cuarto, a lo que no le di mucha importancia, pero al parecer ella si lo había hecho, porque no me ha hablado por dos días, hoy sería el tercero.

   Debo admitir que es bastante infantil enfadarse por tan poca cosa, pero también me obligo a reconocer que yo había sido bastante insoportable por lo que ya mencioné, y esa pelea tal vez había sido la gota que rebalsó el vaso.

   Por otro lado, mis padres decían extrañarme mucho, se sentían solos en casa al no tener otro hijo o hija a quién cuidar o por quién preocuparse, obvio que se preocupaban por mí, es lo que yo les dije, que me tenían a mí, pero no era lo mismo según mi madre. Lo sentí mucho por ellos; unos años atrás habían perdido un niño, el pobre no había alcanzado ni a conocer la vida, el mundo, el exterior de mi madre. Fueron momentos de crisis para la familia, yo solo tenía quince años, cinco años atrás. Recuerdo haber estado emocionadisima por mi nuevo hermano, se iba a llamar Cristian. Yo amaba a los niños, me parecían adorables, hasta que a los siete meses de embarazo falleció sin razón aparente. Desde entonces involuntariamente me alejo de los niños, y odio hacerlo, siento que debo superarlo, pero como os digo, es involuntario.

   Me pregunto cuándo volveré a verlos, porque por lo visto la universidad no me dejará hacer viajes, me tendrá ocupada. Bueno, aquí teneis una de las ventajas de la tecnología, de todas maneras no es lo mismo una videollamada que un abrazo.

   Mejor dejo de hablar de eso que me pongo melancólica, y en cambio hablaros sobre lo mucho que me esta gustando estar en el campus a pesar de todo. He conocido a una persona que de hecho me cae muy bien, un chico llamado Felipe. Es rubio de ojos cafés, de mi estatura y no os voy a mentir, es algo snob, pero se le nota que es buena gente. Hablando de él, hoy me ha invitado a salir, quiere que vallamos a una cafetería que hay dentro del campus. Dudé pero accedí. Tenía que organizar cosas de clase, sin embargo decidí finalmente que necesitaba un pequeño receso, ha sido el primer mes de clases más intenso que nunca había vivido.

   Mi móvil sonó, era Ollie, me preguntó si hoy estaría libre, no le quería decir que no, quería verlo, me la pasaba super bien con él. Nos habíamos convertido en buenos amigos durante estos treinta días, tal como yo lo había predicho.
 
   Él...era lo opuesto a Felipe, él era humilde y sencillo, mientras que Felipe era creído, e irascible. Lógicamente no se llevaban bien. Era increíble cómo a mí me caía bien todo el mundo, menos los presumidos, que Felipe podía ser de todo pero menos presumido, sino nunca le habria hecho caso en primer lugar.

   ¿Qué hago? La verdad tenía más ganas de verlo a él que a Felipe, su presencia me tranquilizaba y me hacía sentir extasiada. No hesite más, respondí con un sí decisivo.

   Ya casi eran las seis de la tarde, le avise a Felipe que no iba a ir, se molestó por haberlo dejado plantado y Ollie me invitó a su habitación, ya que sus dos compañeros no se encontraban presentes.

   El hecho de que se haya enfadado me había dejado mal, me disculpé pero era muy orgulloso. Estos cambios de humor que normalmente no tendría me estaban agobiando.

   Traté de no pensar en ello, aunque fue inútil, y me encaminé hacia la habitación de Ollie. Toqué la puerta, me abrió, me saludó, me dió paso al dormitorio y me ofreció asiento sobre su cama.

   —¿Cómo has estado?— Pregunté.

   —Ahora que llegaste tú mejor—. Me guiño el ojo bromeando.

   —Idiota—. Me esforcé en hacerlo en forma de coña y reir, pero aparentemente no me había salido.

   —¿Qué te pasa?— Frunció el ceño.

   —Nada, ¿Por qué? Ya es la segunda vez que crees que me pasa algo—. Me irrité y me di cuenta tarde.

   Se sentó a mi lado.

   —Bien. Si no quieres hablar de ello, está bien.

   Hubo un silencio.

   —Vale, me acabo de pelear con...— No sabía si mencionar su nombre o no. Se pondría nervioso porque se llevan mal.— Felipe—. Dije finalmente.

   Emitió un sonido de asco, desprecio e intolerancia.

   —¿Qué pasó con ese?

   —Nada grave, solo estoy sensible, yo soy la del problema. También discutí con Ariana. Aparte de que extraño a mis padres.

   —Si, yo tambien los extraño, también extraño no tener que compartir habitación—. Rió.

   —También.

   Me recosté en su cama, pasé mis piernas por encima de las suyas, ya que el seguía sentado y a su vez posó sus antebrazos sobre ellas, coloqué mis manos sobre mis costillas, que habían dejado de notarse ligeramente desde que cambié mi alimentación, cosa que no me gustaba.

   Estaba muy empeñada en mirar el techo sin pensar en nada, cuándo Ollie me interrumpe recostandose a mi lado. Este era el tipo de apoyo que necesitaba, buena compañia. No aparté mi vista, pero sí me sacó de mi trance, al que no tarde mucho en volver, sin antes decir "Gracias Ollie.", a lo que me respondió "Cuando quieras, me encanta tu compañia." y posteriormente dormirme.

   Desperté y lentamente me senté en la cama sin hacer mucho ruido. Saqué mi móvil del bolsillo de mi jean y revisé la hora, aunque me hacía una idea a juzgar la poca iluminación que tenía el lugar. Eran cerca de las ocho de la noche, habíamos dormido como dos horas aproximadamente y los compañeros de Ollie todavía no aparecían. Decidí irme antes de que llegaran. Me paré de la cama en dónde nos habíamos hechado una siesta y lo miré, se veía demasiado tierno y le agradecía haber sido tan bueno cuando yo en su lugar probablemente me habria mandado a la mierda por ser descortés. Era un ángel. La ternura me mataba y no pude evitar acercarme a su mejilla y darle un beso hasta el día siguiente.

Me disculpo nuevamente por los fallos de wattpad al eliminarme sangrías, espacio entre párrafos y reemplazar la raya de diálogo por el guión.

Love & Bones. (Olliegamerz) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora