Cellbit instaló a Roier en una de las habitaciones obscuras de su mansión, lo había atado a la cama pensando en lo extremadamente fuertes y peligrosos que suelen ser los neófitos de vampiro. Tenia tres días para preparase, que eran los que duraba la transformación. Conseguiría sangre para su nuevo compañero y le enseñaría a controlar su sed, a el le había costado algunos años pero el estaría ahí para Roier, para ayudarlo a ser mejor que el y si al despertar Roier lo odiaba por lo que había hecho el le daría la opción de acabar con su vida arrancándole la cabeza y quemando su cuerpo o acabar con el dejándolo hacer con el como mejor le pareciera.Los tres días pasaron como un mal sueño para Cellbit, se cuestionaba el ¿Como podía haber sido tan estupido?, en como arreglaría el tremendo desastre que había traído a la vida de ese joven, el había jurado nunca hacer algo igual que lo que le hicieron a el y en un momento de distracción y debilidad simplemente lo había hecho. Su mente era un remolino mientras en la habitación de al lado solo se escuchaba la respiración baja y dificultosa de Roier mientras sus heridas sanaban y el veneno hacia su trabajo.
Cellbit estaba detrás de la puerta la última noche esperando a que el leve latido del corazón del contrario se dejara de escuchar pero las horas pasaban y esto no sucedía. De cuando en cuando miraba su reloj de pulsera con algo de desesperación.
- Cellbit...-
La voz de Roier lo hizo estremecer de nuevo,. Aún no decidía si odiaba eso. El chico no había olvidado su nombre y seguramente nada de lo que sucedió tampoco, como ese incómodo beso que solo le dio en auto reflejo pero que de alguna forma no sacaba de su mente.
- Se que estás detrás de la puerta, puedo sentir tu presencia.- dijo el menor.
El rubio abrió la puerta de la habitación despacio. La luz de la luna se dejaba ver tenue en la oscuridad de la habitación.
- ¿Cres que podrías .. desatarme?- pregunto Roier con voz algo tímida.
Los ojos de Cellbit no podían creer lo que veían. Y al parecer sus sentidos también estaba atrofiados ya que sin alguna explicación el seguía escuchando el latido del corazón de Roier y podía seguir oliendo su deliciosa sangre correr por sus venas.
- ¿Pero... pero como es que?... ¿Porque aún eres humano?-
Roier lo miro serio unos minutos.
- Creo que será mejor si me desatas y luego podremos hablar.-
La realización golpeó a Cellbit en un segundo.
- ¿Que es lo que eres?, no eres un humano común ¿cierto?- Pregunto el vampiro subiendo un poco la guardia.
Roier negó despacio.
- No voy a lastimarte.- aseguro Roier después de ver lo que parecía una pizca de miedo en los ojos del contrario.
- ¿Lastimarme?- Sonrió con alevosía el rubio mostrando un colmillo.- Solo muy pocos pueden lastimarme y un humano nunca podría.-
- Como tú lo dijiste no soy un humano común... soy ... bueno yo desciendo de un linaje de cazadores de vampiros, y tú me has dado potestad sobre ti... hiciste un contrato de sangre conmigo sin saberlo-
- ¿¡Que cosa!?- El vampiro no podía creer lo que escuchaba.
- Mi cuerpo es por naturaleza más resistente a tu veneno, si querías matarme debiste drenarme por completo y sacar el corazón de mi cuerpo... si querías convertirme debías drenarme y llenar mis venas con tu veneno por completo, un poco de veneno no es suficiente para mi organismo... tu solo, me curaste y me juraste lealtad eterna...-
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Contrato De Sangre (guapoduo)
FantasyDesde el principio por naturaleza y equilibrio existen los depredadores y las presas. ¿Pero que pasaría si por una jugada del destino en tiempos modernos un vampiro y lo que aparentemente es un humano común se unen en un círculo interminable? ...