LOVE MINSUNG
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Quedarse hasta tarde en la casa de sus amigos era cosa de casi todos los días. Solían salir juntos del colegio y juntarse en la casa de alguno a jugar videojuegos o simplemente no hacer nada en conjunto. Normalmente el grupo estaba compuesto por cinco integrantes; Minho, Jisung, Felix, Changbin y Bangchan. Todos se llevaban de maravilla, no había secretos entre ellos y cualquier problema de uno pasaba a ser inmediatamente de todos. Pero esta vez, Jisung quería aprovechar la vuelta para aprender a hacer los ejercicios de su clase de química y se le ocurrió que no había nadie mejor que Minho para que le enseñe lo que le cuesta, así que debía ser rápido.
Ni bien tocó el timbre de salida, visualizó a los mayores dirigiéndose al portón de la salida, rápidamente corrió con todas sus fuerzas para lograr llegar al trío que se alejaba de a poco. Pegó un saltito como ranita y se prendió del brazo del castaño sacandole un buen susto por ser tomado de sorpresa. Minho al reconocerlo sonrió y le acarició la cabeza acomodando sus cabellos azabaches que se rebelaron por el movimiento.
—¡Lino hyung! ¿Me puedes enseñar a hacer los ejercicios de química que dejó la profesora?
—Pero si los explicó como cinco veces, ¿así y todo no entendiste? —Preguntó Chan rodando los ojos con sorna.
Claro, es que para él era fácil, es una especie de genio en el salón y aprende a un ritmo extraordinario. Jisung ha tenido problemas de aprendizaje más de una vez y sus notas no eran altas aunque lo intentara. No tenían la misma capacidad y eso hacía que el menor se ponga triste porque soñaba con tener esa facilidad algún día.
Puso ojos de cachorro y negó. —Traté de entender la explicación, lo juro. —Dijo levantando el dedo en sañal de juramento, decía la verdad, enserio.
—Está bien, no tienes que justificar nada, yo voy a ayudarte. —Minho interrumpió al ver que Han comenzaba a desesperar. —¿Vamos a mi casa ahora?
—Sí por favor.
—Bien. Chicos, nos vemos mañana en el entrenamiento.
Ambos se despidieron de los otros dos y fueron directo por la ruta que llevaba a la casa del castaño. Como era costumbre, Jisung se trepó por el murito del camino e iba haciendo equilibrio por ahí, sacando conversaciones random de su mente. Sonaba y se veía infantil, pero él era así, no le importaba con tal de divertirse.
En medio de su juego, observó a su hyung con detenimiento; hoy se veía más guapo que ayer porque traía la camisa blanca con tres botones desprendidos y la frente un poco mojada por estar jugando al basquet en el recreo con otros chicos. Algo que le encantaba a Jisung, sin dudas, era lo varonil de Minho. Sus brazos, sus piernas, su pecho, todo lo tenía bien formado por ir al gimnasio y daba la impresión de que era grandote, aun si no era tan alto como Choi Soobin. También le gustaba la voz angelical y grave a la vez que poseía, pensaba que si se dedicara a cantar le iría muy bien.
—Oh, parece que no hay nadie en mi casa. —Comentó Minho de repente, sacándolo de sus pensamientos. Sin darse cuenta, habían llegado.
—Habrán ido a lo de tu abuela.
—Sí, capaz. —Asintió sacando las llaves de repuesto del bolsillo trasero de su mochila. —Bueno, vamos a mi pieza.
Han hizo caso obediente, entró detrás del dueño de casa y fue a la habitación que ya conocía de memoria, pues prácticamente vivía ahí. Se acostó en la cama y abrazó un peluchito entre sus piernas mirando con atención como Minho se sacaba la camisa para ir a bañarse. Por supuesto que no se le pasó el hecho de apreciar los abdominales marcados del chico. ¿Qué se sentiría dormir encima? Seguramente era tan duro como una tabla de lavar ropa, pero mil veces mejor y cálido.
—¿Entonces mañana tienes entrenamiento? —Preguntó mordiendose los labios al punto de dejarlos rojos. Agradecía que el contrario le estaba dando la espalda porque sino notaría como se lo devora con la mirada.
—Sí, tenemos que ir practicando para los intercolegiales, ya sabes. —Minho le dio una miradita rápida a través del espejo que tenía en la pared, uno de cuerpo completo. El menor amoldo el muñeco entre sus piernas y asintió. El detalle de como apretaba al peluche entre sus muslos no se le pasó desapercibido a Lee.
—¿Puedo ir?
—Claro, solo te aviso que van a estar las porristas practicando sus coreos. Te digo porque sé que no te gusta verte con Lia.
—Que me caiga pésimo no afecta que quiera ir a apoyar a mis amigos, y además, ella no me gusta porque te tiene ganas y piensa que le vas a dar atención.
—¿Y que te asegura que no? Ella es linda, tiene buen carácter y es líder de las porristas. El tipo ideal de los varones.
—Yo también soy lindo y tengo buen carácter, no soy líder de las porristas nada más porque no me dejaron entrar por ser chico.
—¿A donde tan celoso?
Minho agarró la toalla colgada en un costado del cuarto y caminó hacia Jisung agachandose a su altura para tomar su mentón demandante y burlón al mismo tiempo. Hizo piquito de pato insinuando un beso, provocando que el menor retrocediera por la impresión, pero luego tomara coraje para devolverle la broma. Minho sacudió la cabeza y se alejó asustado. A veces se olvida que jugar así con Jisung podía ser peligroso.
—Ya vengo, ve sacando tus cosas para estudiar. —Avisó y desapareció al pasar la puerta.
Jisung formó un puchero inconscientemente, cerró las piernas y apretó sus manos en medio con ansiedad. Los labios de su hyung se veían hidratados, totalmente apetecibles. La idea de probarlos era demasiado tentadora, pero posiblemente si intentaba algo Minho iba a catalogarlo de raro. Son buenos amigos, nada más que eso. ¿Por qué no podía entrarle en la cabeza aún? Dios, no es tan difícil considerando que se conocen hace años y nunca tuvo ninguna señal que le indicara que podía llegar a pasar algo entre ellos.
Suspiró y se levantó de la cama empezando a sacar sus útiles. Tal vez debería olvidarlo, nunca tendrá oportunidad de acercarse con otras intenciones y todo lo que imaginaba su mente ahora cualquiera que lo vea de afuera creería que es un pervertido. Definitivamente no quiere dar esa imagen a las personas.
Pasaron unos minutos largos y solo se concentró en revisar sus apuntes y tratar de entender al menos lo mínimo que explicó la profesora en clases, lo tenía todo anotado, escuchaba lo que le dictaba, pero el problema era que no se le quedaba en la cabeza por más que leía y leía varias veces. Pensar que esto era tan fácil para algunos y a él se le complicaba la existencia, sinceramente, lo deprimia. Se puso a hacer un ejercicio, dejándolo a la mitad cuando Minho apareció y se sentó a su lado ya bañado.
—Estoy listo, vamos a empezar. —Declaró el mayor inclinandose hacia él para tomar un lapiz.
La cercanía le permitió oler el exquisito aroma a menta mezclado con otra fragancia que no reconocía, solo sabía que le encantaba. Por inercia movió su silla buscando estar casi pegado al castaño, no se dio cuenta de sus actos hasta notar que este ultimo lo miró confundido. Sonrió avergonzado y se encogió de hombros.
—Necesito estar cerca para ver mejor la hoja. —Se excusó luciendo adorable.
—¿No usabas lentes?
—Sí, pero no me los quiero poner, me quedan horribles...
—No hay nada que te quede horrible, literalmente todo te queda lindo. Deberías usar los lentes o puedes empeorar tu visión. ¿Sí?
—Mmh. —Asintió haciendo un sonidito con la garganta como un niño regañado.
Minho sonrió enternecido, tuvo que parpadear varias veces para volver en sí y reaccionar con normalidad. No era habitual que se quedara embobado con nadie, pero hace unos días que la lindura de su mejor amigo lo tiene mal, no hay nada que le pida y no ceda si hinfla sus cachetes y pone esos ojitos de ardillita triste. Es imposible, no hay ser humano que se resista. Aun así, tiene que mantener su actitud de siempre, no quiere lucir afectado ni nada.
En cierto momento, dejaron de hablar y se pusieron a hacer la tarea con profesionalismo. Jisung en verdad quería aprender para no quedar atrás e igualar a sus compañeros. Iban a tener un exámen el viernes y no podía salir mal, ya estaba llevándose otras materias a rendir. Decidió que no fracasará, no lo hará.
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Love || Minsung [FINALIZADA]
FanfictionJisung siempre se ha preguntado que se sentiría besar a su mejor amigo. Lástima que no sea capaz de decirle sus sentimientos.