Love || Minsung [FINALIZADA]

2

Las lágrimas salían una detrás de la otra sin control alguno, por más que trataba de no hipar, no podía contenerse más. La profesora les entregó los resultados de los exámenes de química, llamándolo en especial a él para hablar enfrente de todo el curso. Jisung en ese momento no estaba preparado para lo que ella tenía planeado, por lo que cuando oyó como lo ponía de mal ejemplo para el resto de sus compañeros, una vergüenza inmensa lo invadió por completo y su pecho se apretó llenándose de pena. Realmente fue tan tonto de creer que iba a aprobar con practicar tan poco, y ahora la realidad lo golpeaba duramente. Era decepcionante, gastó el tiempo de su hyung en vano, no logró alcanzar ni la nota mínima para aprobar, solo necesitaba un punto más y la profesora dijo que lo reprobó para que entendiera que debe esforzarse. ¿Que sabía ella? Si no lo ayudó cuando le pidió que le explicara un poco más a fondo el tema antes de tomar una evaluación.

Lloró en silencio pensando en lo triste que estaría su mamá, ya era la tercera evaluación de la semana que desaprobaba, aunque esta era la primera por la que estudió de verdad. Las otras admite que no prestó atención por estar jugando. Que terrible, que drama. Sorbio su nariz y cerró los ojos recostandose en el banco, no quería que nadie lo vea, se tapó la cara con las manos y se quedó así oyendo como en el fondo todos salían al recreo tranquilos.

—Hannie, ¿que te pasa? —Felix volvió del baño y vio al pelinegro en tan mal estado que se preocupó enseguida. Dejó su almuerzo sobre la mesa y se sentó al lado acariciando su cabecita. —Dime que tienes, por favor.

—De‐Desaprobe quimi-ca. —Sollozo aplacando la voz entre sus brazos.

—Ya veo...—Felix levantó la mirada y vio a la profesora observando todo de lejos, ella hizo una mueca de sabionda y poco después se fue, dejándolos solos en el salón. Que mujer tan odiosa, pensó.

—¿Que-que le voy a decir a hyung?

—¿Eh? ¿Hablas de Minho? No te preocupes por eso, no va a enojarse contigo y si se enoja no es tu papá, no puede retarte.

—¡Es que faltó a su entrenamiento el lunes para enseñarme! —Escandalizó Jisung, sacando su cara unos segundos para volver a enconderse. —Yo soy un burro tonto, él me enseñó bien, pero no pude hacerlo.

—Cálmate, no es tan terrible...tenemos una semana más en la que puedes recuperar.

Jisung asintió limpiándose las lágrimas con ayuda del rubio a su lado. Le prestó unos pañuelos y se sonó la nariz, justo en el mismo momento que Minho apareció por la puerta con una sonrisa encantadora y los saludó. El mayor se dio cuenta de que Han lloraba y de forma atenta Felix le dio el lugar para que se siente al lado.

—Recordé que tengo un trabajo que entregar, nos vemos al rato. —Se apuró en decir y se fue con agilidad del salón.

Minho lo ignoró, concentrando toda su atención en el menor que hacía un gran esfuerzo por ocultarse de él. Sonrió amable, intentando mantener un poco de distancia ya que el chico parecía estar asustado de hablarle.

—Ey, ¿por qué lloras?

—Do-do estoy llodando. —Quiso esconder su llanto, pero la nariz trancada lo delataba.

—¿No confías en mí para decirme que te pasa? —El mayor acarició su mejilla, tomándolo por sorpresa. Lo miraba tan directo que lograba intimidarlo un poquito. —¿Mmh?

—Sí confío. —Confirmó sin poder evitar ponerse nervioso. —No me mires así~

—¿Como te estoy mirando? —Minho sonrió divertido y se acercó más, afirmaba que poner a Jisung tímido era muy adorable.

—Me estás mirando muy fijo, lo sabes.

—No es como que vaya a besarte.

—¡Ya sé! No pensé que lo harías, no te animas. —Dejó de llorar al instante, cambiando de actitud avergonzada a una atrevida. El mal momento se le pasó al instante que Minho se acercó a darle atención. Ese era el poder del amor, no importa qué, verlo siempre lo curaba si se sentía triste.

—Apuesto a que me animo.

—A ver, necesito pruebas para creer.

El mayor rió brevemente, luego puso una cara seria y lo tomó del mentón acercándose a él lentamente. Jisung también dejó de reír y se quedó estático con la mente en blanco. El castaño estaba a centímetros de rozar sus labios y podía sentir su respiración encima tan cálido que le atravesaba una corriente eléctrica por el cuerpo y le ponía los pelos de punta. Se supone que no iba a hacerlo...¿o sí?

—No vayas a arrepentirte de esto, amor. —Dijo Lee con voz grave, mirándolo a los ojos un período de tiempo largo.

A Jisung se le aceleró el corazón al punto de que creía que se le iba a salir de lugar. Estaba expectante a todo, deseando con su alma que de enserio pasara, pero en cuanto cerró los ojos solo sintió un roce de labios en su mejilla prácticamente efímero y al abrirlos vio al mayor separarse con una sonrisa gatuna.

—¿Que tal? ¿Te gustó, mi amor?

—Cobarde...—Murmuró Han sin darse cuenta, y Minho se quedó viéndolo unos segundos sin entender.

—¿Que?

—No, nada, que tengo hambre. Vamos al recreo antes de que termine.

—Pero no me dijiste porque llorabas.

—Reprobe química, pero no importa, tu me enseñaste bien, yo tengo la culpa por ser tonto de naturaleza. —Dijo con palabras atropelladas.

Minho evitó que se parara, lo tomó de la mano haciendo que vuelva a caer en el asiento. Frunció los labios y le dio un abrazo inesperado, sonrojando por completo a Jisung que con ese tipo de cosas reaccionaba tímido. Los amagues de besos eran bromas de todos los días, le dejaba con las ganas y se reía fingiendo que no esperaba que lo besara de verdad, pero cuando lo abrazaba o tomaba de la mano, esos pequeños actos significaban muchísimo para él porque Minho no lo hacía con nadie más. Las ganas de llorar volvieron, así que se separó al cabo de un minuto, mordiendose los labios como típico reflejo.

—Lo lamento tanto. —Dijo Minho bajando la mirada. —Debi darte más clases y no ir al entrenamiento, pude faltar dos días más, no soy un buen hyung.

—No, hyung, sí lo eres, eres un excelente tutor. El problema acá claramente soy yo, no te angusties por mi.

—Prometo que vamos a estudiar juntos para el recuperatorio, vas a aprobar esta vez.

—Está bien, lo voy a intentar.

Los dos se sonrieron convencidos de sus palabras y cambiando de tema a uno más alegre, se fueron al recreo apurandose en llegar a la cafetería antes de que toque el timbre.