Love || Minsung [FINALIZADA]

8

Jisung miró la hora de su reloj, ya eran las 20:00, Minho dijo que estaría por ahí a la noche. Su hermana se fue a trabajar temprano y no regresaba hasta la madrugada, como de costumbre, estaría solo por un buen rato. Esperaba que su amigo llegara pronto y se quede a dormir, aunque también quiere atrasar el tiempo porque tiene miedo de saber que es lo que tenía para decirle. Ojalá no sea nada malo lo que le diga, teme que se le queje por ser muy pesado o por celarlo mucho, pero no es a propósito que lo hace, se le sale sin intención.

Debería empezar a controlar más sus emociones, ya tiene 16 años y Minho no lo va a soportar mucho si sigue comportándose así, llorando y haciendo berrinches de la nada.

Cuando menos se lo esperó, el timbre sonó. Dejó su teléfono sobre el sillón y corrió como pudo con sus pantuflas de conejito hasta la puerta. Antes de abrir, revisó que su cara y cabello estén bien frente a un espejito que estaba colgado en la pared. Según su criterio se vio demacrado, pero peinado, conforme con eso, recibió al chico castaño con una sonrisa de labios sellados.

—Hola...—Saludó dejando que el mayor le diera un beso en la mejilla, el cual, para su sorpresa, fue bastante lento al momento de separarse y se sintió un poco extraño.

—¿Ya cenaste? Traje papitas fritas, pizza y helado. 

—¿Me estás queriendo conquistar o que? —Soltó sin pensarlo seriamente.

—Tal vez...—Minho tomó asiento en el sillón y dejó la comida sobre la mesita ratona, todo a excepción del helado que llevaron al congelador para comerlo más tarde.

Jisung preparó las cosas para cenar y luego de un buen rato, tomó asiento junto a su visita, llevando una conversación casual hasta que la verdad razón por la que se juntaron salga naturalmente. Apenas comió dos porciones de pizza y unas cuantas papitas por lo nervioso que se encontraba. No podía ser que sea tan transparente con sus emociones, ya se dijo que no lo iba a hacer más, pero ahí estaba exponiendose solo.

—¿A que hora va a volver tu hermana?

La pregunta hizo que se pusiera pensativo. ¿Por qué le preguntaba eso? Se supone que Minho sabe bien a que hora vuelve la chica, hace años que viene a su casa y conoce todos sus horarios y los de su familia. Frunció el ceño levemente y contestó sin darle más importancia de la necesaria, tampoco iba a darle vueltas si acaba de decirse a sí mismo que dejaría de ponerse dramático. Entre su mejor amigo y él no pasaba nada y no iba a pasar, por más que esté super enamorado del castaño, debía hacerse la idea ya. 

—A las 3:00 termina su turno en el bar. ¿Por? —Contestó haciéndose el distraído con la televisión de fondo. En vano ponían películas para ver si nunca las miraban realmente.

—Lo había olvidado...después de que hablemos, tu decides si quieres que me quede a dormir o me vaya.

—¿Como? —Regresó la mirada a Minho y vio en sus ojos indecisión o tal vez preocupación. Se mordió los labios y juntó sus piernas contra su pecho, haciendose pequeño en una esquina del sillón. —Minho, dime lo que tengas que decirme ya, no me asustes.

—Creo que es muy malo lo que voy a decirte y probablemente dejemos de ser amigos como antes. Te juro que lo pensé mucho, llevo lidiando con esto un tiempo y no quería que nuestra relación se vaya a la mierda, por eso no te lo dije.

—Habla, Minho. —Dijo determinado a escuchar lo que sea que tenga que escuchar de una vez. No iba a llorar, no iba a llorar...

—Bueno...acá va. —El mayor se acercó a él y lo tomó de la mano para asegurarse de que lo oyera bien. Bajaron el volumen de la tv y por unos segundos reinó el silencio, hasta que al fin se animó. —Han.