Aunque el inicio de esta parte no es muy feliz, ya que es el momento del camino donde debo comenzar a relatar más historias, la verdad es que viví momentos intensos y emocionantes.
Después de mi inesperado despido del bar mencionado en el relato anterior, llegué a casa derrumbado, sin tener claro qué hacer. Pero unos días después, la chispa de la idea surgió: ¿y si me meto en el marketing? Sin embargo, sabía poco o nada al respecto. En mi nueva situación de soltero con tiempo libre, me sumergí en la lectura y estudio del marketing digital. Fue entonces cuando me di cuenta de que, de alguna manera, ya lo había hecho sin querer y sin saber.
Convoqué a mi hermano y a mi ex amigo Edward, alias "el negro" (ojalá puedas leer esto y sepas cuánto lo siento por las veces que fallé como amigo y que aún no tengo valor y me sobra vergüenza para escribirte y decirte que te extraño y quiero).
Les propuse crear una empresa de marketing, ya que la tendencia estaba en aumento. A pesar de no tener un plan claro, me dijeron "OK, hagámoslo". Les pagaría algo y veríamos cómo funcionaba. Así nació nuestra empresa, con el nombre de nuestras iniciales, marcando el comienzo de mi incursión empresarial sin la ayuda de mi mamá.
Comencé a buscar clientes por todos lados, enviando mensajes por Facebook ofreciendo nuestros servicios. Sin embargo, nadie respondía, y necesitaba dinero. Fue entonces cuando un spa me dijo que debíamos reunirnos. Afortunadamente, estaba a solo 10 minutos caminando de mi casa. Concretamos un trato por la suma de 300 soles, y así empezó nuestro primer proyecto. Aunque solo teníamos un cliente, esos 300 soles y los diseños que hicimos eran poco para cubrir mis necesidades, pero al menos nunca me faltó comida.
Con el tiempo, mi hermano y "el negro" siguieron sus propios caminos, y me quedé solo, luchando con mi RUC personal y mi deseo de hacer crecer lo que llamaba mi empresa.
En uno de los mensajes que envié, un doctor respondió. Me dijo que le interesaba y que fuéramos a hablar. Pedí la dirección, que resultó estar a 5 minutos de mi casa. Fui a la reunión a eso de las 7 p. m. y le presenté la propuesta, haciendo ver que éramos un equipo, aunque en realidad solo estaba yo. Cerramos un trato por 500 o 600 soles, no recuerdo la cifra exacta, pero sí que me entregó 200 soles en efectivo y me dijo: "Empecemos". Sin contrato ni formalidades, confió en mí. Me fui a casa prometiendo no defraudarlo. Comencé a trabajar en el proyecto en mi humilde espacio, mi cama-mueble que me acompañó por muchos años. Miré los 200 soles y pensé que todo iba a funcionar. Ya tenía casi 900 soles al mes. Luego llegó una florería, algunos negocios más y, finalmente, los primeras 10 mil soles en mi cuenta. Recuerdo mirar a mi mamá y decirle: "Ya tengo 10 mil soles después de pagar todo, incluyendo lo de mis hijos. Sin esfuerzo, sin preocuparme por fin puedo llegar a fin de mes".
Casi al final del año, contacté a una empresa de turismo y le expliqué lo que hacía. Aunque no necesitaban mis servicios, diseñé para ellos y me consultaban frecuentemente. El "loco", como lo llamaremos, me rebautizó como "Doc". Terminamos el año, volví a trabajar con mi papá ganando mis 50 soles, que seguían siendo una fortuna para mí. Comencé el nuevo año con comida, licor y regalos. Llegaron las camisas, la ropa en general, accesorios, etc. Pero yo quería más.
En ese momento, ya llevaba un buen tiempo soltero y sabía que no necesitaba una relación. Las cosas me iban bien, y eso era lo que quería. En verano, decidí ingresar al Facebook del bar, donde había otros bares agregados como amigos. Podía ofrecerles mis servicios de marketing, ya que era una buena temporada. Había unas 100 solicitudes de amistad, las acepté todas y me tomé el tiempo de saludar a cada uno y agradecer por agregar, como si no tuviera mucho que hacer.
Solo una persona respondió: una chica llamada Nicole. Conversamos, y recuerdo que me cayó muy bien. Le propuse agregarla a mi Facebook personal, aceptó, y así comenzó nuestra relación. Ambos estábamos de acuerdo en que no queríamos estar con nadie y estábamos bien así. Pero algo en el fondo nos atrajo. Pasaron varios días antes de volver a hablar, estoy más que seguro.
Seguí trabajando en mi negocio de marketing, la principal fuente de ingresos, eran por el "loco" y el dueño de las clínicas, quienes representaban el 90% de mis ganancias. Comencé a tomar fotos en viajes junto al "negro", y en Semana Santa ganamos dinero extra. Pasada esa semana, el "loco" me dijo que creara mi propia empresa de turismo. Al principio me negué, pero luego acepté. Mi relación con Nicole ya había comenzado, y cada vez que podía, la visitaba en su casa, donde conocí a su hijo, mi querido tocayo, a quien crie como a un hijo más durante 7 años y a quien seguiré considerando así hasta mis últimos días. Tanto él como su madre están en mi testamento.
El 5 de abril de 2015, le dije al "loco" que sí, crearía mi empresa de turismo. El 7 de abril, tenía todo listo para comenzar: nombre, logo, sitio web, Facebook, diseños, todo. Al final, el "loco" me ayudaría y seríamos socios.
Una semana después, empecé a recorrer el sur con los tours y comencé a ganar más dinero. Compré un celular exclusivamente para ese negocio, y después de unos meses, nació mi segunda SAC. La empresa de turismo y mi relación con Nicole estaban en pleno crecimiento. Era un período emocionante lleno de desafíos, pero también de logros significativos.
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Mi vida como empresario.
RandomDesde niño sabia que solo deseaba hacer negocios y tener varias empresas, el camino ha sido duro, pero hasta el momento ha valido la pena.