En diciembre de 2022, decido tomar las riendas de la empresa de la familia, hacer crecer la joyería, pero no me sentía muy cómodo. ¿Cómo podría hacer que crean en mí si yo había fracasado? Realmente, no era un buen empresario, pensaba. Toda mi seguridad había caído; mis palabras ya no tenían ese peso gerencial de antes. El Daniel de premios internacionales, de reconocimientos por empresas grandes, el de buenos contactos, de buena vida, había desaparecido. Solo quedaba una radiografía de todo lo que un día fui. ¿Cómo iba a convencerlos con esa actitud?
Recuerdo mirar mis premios y mi entrevista a la Cámara de Comercio, donde salía como uno de los mejores empresarios jóvenes. Pero eso era el pasado.
Intenté avanzar en diciembre y enero; se vendió un poquito. En febrero, intenté, pero una mala noticia, de la cual no voy a hablar, tocó a mi puerta. Eso me devastó, me hundió. Fueron días donde quería morirme, donde me dormía pensando y diciendo: "Ya no aguanto más, ojalá me duerma y no despierte". Estaba desconsolado.
Poco a poco, salí de las cenizas. Es cuando, en mayo de 2023, organicé toda la empresa para empezar a vender de forma seria. Daba indicaciones con miedo, pedía cosas con miedo, temía que me dijeran: "Eres un fracasado y estás dando ideas". Vivía aterrado con ello. Al mes siguiente, la empresa explotó, las ventas se dispararon y como el ave fénix, había regresado con todo mi poderío. Recuerdo haberme mirado al espejo y decirme: "He regresado".
Julio fue el mejor mes que tuvimos; pasamos las 5 cifras sin problemas. "Ya lo he logrado de nuevo", exclamé, y es verdad. Desde ahí, no hay mes que no pasemos las 5 cifras sin problemas. ¡Y me refiero al neto!
Había recuperado mi poder, mis ganas, mi aliento. Había vencido prácticamente a la muerte. Si fue la peor etapa que me ha tocado vivir, pagué un precio caro: la muerte de mi padrastro. Si él no hubiera fallecido, yo hubiera seguido hundido. Pero sé que él me está viendo y que, aunque muchas veces tuvimos nuestras diferencias, sabe que lo que estoy haciendo ahora por la empresa es algo que solo yo podría lograr. Mis 17 años de empresario no eran en vano, y todo mi conocimiento solo estaba tapado de malos momentos y tristeza, con la autoestima por el suelo y la depresión a flor de piel. Pero haber reflotado una empresa que por mucho tiempo odié ahora me estaba dando frutos, y muy buenos frutos. Cada mes voy mejorando y tengo que aceptar que me agrada estar en este rubro: es tranquilo, sin problemas, sin quejas, con un buen horario.
Yo nunca dejé de ser empresario, solo viví un mal momento y todo estaba retomando su curso normal. En la actualidad ya tengo listo todo para diciembre, enero y febrero. ¡La voy a romper, definitivamente!
Aclaro que con Nicole sería otra cosa. Ella era un gran soporte y puede que con ella como mano izquierda (ya que es zurda), estaríamos al doble de lo que estamos. Pero bueno, no puedo llamarla y plantearle algo. Puede que en algún momento llegue alguien adecuado o incluso ella con el fin de ser buenos amigos. Acepto que le tengo amor, pero ya no como mujer, sino como la madre de mi tercer hijo, como la amiga que alguna vez tuve y la mejor socia que pude tener. Y si en el futuro la vida me la pone de nuevo como socia, estoy seguro de que la vamos a romper. Ella vendrá más cuajada, con más años y más experiencia, pero eso sí, la relación no retomaría. Yo, en este momento, necesito una socia, no una pareja. Estoy viviendo mi vida tranquilo y no necesito una relación. Ya tengo los hijos necesarios y volver a empezar con hijos me sería muy complicado, tal vez más adelante.
Quiero cerrar estos capítulos de mi vida como empresario diciendo lo siguiente, no solo por si lo lee alguien o si yo en algún momento decido leer todo de nuevo.
Ser empresario es un trabajo arduo, horas de trabajo, más horas de lo normal. Me olvidé muchas veces de la familia o de amigos por seguir creciendo. Sé que ello se puede mejorar, pero yo era ambicioso y estaba cegado.
Ser empresario te da esa tranquilidad económica pero te quita tranquilidad mental. Pero ello se puede trabajar con un buen psicólogo.
Ser empresario te da muchos días de alegría, pero cuando llega la ola mala, te hace llorar lágrimas de sangre.
Ser empresario no es para todos, no es un don, pero es un sacrificio enorme.
Ser empresario es estudiar; yo no lo hice, pero me arrepiento. Pero sí leo bastante para mejorar cada día.
Ser empresario no es creer que sabes todo; todo lo contrario, cada día sigues aprendiendo.
Yo soy empresario y lo seré hasta mis últimos días.Tener depresión no es malo; no tengas vergüenza de aceptarlo. No tengas miedo de tratarte. Tener depresión es estar jodido y sentirte en el último infierno, pero puedes salir de ahí.
Tener depresión no es solo estar triste; es sentirte derrumbado, no tener ganas de vivir, pero siempre hay un nuevo día.
Yo tengo depresión y, aunque en la actualidad no me trato con un psicólogo/psiquiatra, he sabido controlar mis pensamientos y mis ataques de ansiedad.
No te asustes si recaes, es parte de ello, pero piensa y analiza qué sucedió para esa recaída y trabaja en ello. Puedes salir de esto.Si en algún momento alguien que lee esto necesita ayuda, aquí estoy, atiendo las 24 horas. Puedes contar conmigo.
Hasta el momento, esta ha sido mi historia como empresario. No agregaré partes extras, ya que el resto serán historias más del día a día.
Daniel. 18/11/23 18:32.
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Mi vida como empresario.
AcakDesde niño sabia que solo deseaba hacer negocios y tener varias empresas, el camino ha sido duro, pero hasta el momento ha valido la pena.