O2: satanic guy.

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Karl nunca había creído en el amor a primera vista.

Sin embargo, amaba escuchar la historia de amor entre María y José. Como él decidió huir para fingir que la había dejado embarazada, sólo para que la gente no creyera que María había tenido una aventura. ¡Romántico!

Oyó la campanilla de la puerta, de nuevo. Eso indicaba que había llegado alguien, caminó hasta el mostrador y ahí vio al chico de gorro Adidas junto a su misma sudadera azul de siempre.

— "¡Karlitos!" — grita el chico emocionado, provocando que los únicos dos clientes lo voltearan a ver extrañados.

— "Quackity, hola... te he dicho millones que no grites al entrar" — le recordó Karl con una sonrisa sarcástica.

Para ser sinceros, a Karl no le agradaba mucho el apodo que Quackity le había puesto, pero era el prójimo; y al prójimo hay que amarlo tal y como es.

— "Ah, pero si tú lo haces, Karl" — respondió el de gorra con obviedad.

El contrario suspiró.

— "Sí, porque yo trabajo aquí, es por eso ¡y no grito, sólo saludo!" — elevó un poco los brazos, y caminó hasta la pequeña puerta del mostrador, abriéndola.

— "Como sea, ¿dónde están?" — preguntó Quackity, entrando a detrás del mostrador.

Karl cerró la puerta y los dos avanzaron hasta la parte principal, justo dónde se veían el señor Capuccino y su nieto súper guapo.

— "Cocina, 99% seguro que besándose" — contestó Karl, mientras tomaba un caramelo de los que había en un pequeño jarrón de cristal.

— "¡Gracias, Karlitos! Sigue chambeando" — se despidió el de gorra, corriendo hacia la cocina.

El chico solo se quedó viendo como se iba, y se sentó en la silla que había ahí. Fingiendo ver su teléfono, cuando claramente estaba viendo al chico de enfrente.

Sabía que no debía adelantarse, pero eso no impedía que creara escenarios en su cabeza junto a aquel castaño ocre.

Una notificación llegó, y la abrió. Era un mensaje de su madre.

Mom:
:- ¿Llegaste bien? Está vez no
avisaste, Karl.

Tú (Karl)
Sí, mamá. Es que llegue
acomodando cosas y
prepárandome.
Lo siento ;[

Mom:
Está bien.
La próxima avisas en
cuanto estés a punto de
entrar.
Ahora ve a trabajar y hacerme
sentir orgullosa.

Tú (Karl):
Claro, mamá!

No le agradaba hablar mucho con su madre. Pero le gustaba hacerla sentir orgullosa, por eso amaba su trabajo.

Ting!

Karl levantó la vista, encontrándose com aquel chico guapo, quién lo miraba con una sonrisa.

Se levantó de su silla y se acercó al mostrador.

— "¿En qué lo puedo ayudar, joven?" — preguntó el chico, tomando su libreta para pedidos.

— "¿Tienes cupcakes?" — cuestionó el castaño, con sus manos en las bolsas de su chamarra.

Karl asintió con una gran sonrisa: — "Chocolate, vainilla, fresa y banana. También podemos personalizar figuras con betún, obviamente por un precio un poco más elevado."

JUDAS || Karlnap.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora