— Oh I remember you driving to my house.
In the middle of the night.
I'm the one who makes you laugh
When you know you're 'bout to cry.
I know your favorites songs.
And you tell me 'bout your dreams...La música a alto volumen, (a pesar de ser las tempranas horas de la mañana) resonaba por toda la habitación.
El joven Karl se encontraba con una pinzas para rizar el cabello con un mechón de su pelo enrollado en el cilindro. Tarareaba la canción mientras esperaba los 10 segundos que dejaba para hacer el rizo definido.
— "Karl, ¿a qué hora vas a ir a la escuela?" — su madre entró a su habitación. El chico se sobresaltó y tiró la rizadora. — "¿Qué hacías?"
Escondió rápidamente la rizadora.
— "Me peinaba... ¡ya me voy!" — elevó sus brazos, desconectando la rizadora discretamente. Tomando su mochila, junto con su teléfono y saliendo de su habitación.
Su madre lo vio bajar las escaleras, apagó la luz de su habitación y también bajó.
Llegó a la entrada, dónde Karl ya la esperaba. Se acercó a su hijo y le hizo una bendición simple.
— "Anda, ya ve." — le sostuvo la puerta, y su hijo salió corriendo hacia la parada de autobuses. — "¡Qué Dios te acompañe!"
Cerró la puerta y volvió a entrar a su hogar. Siguiendo con sus actividades cotidianas.
Mientras tanto, Karl subió al camión, que justo había llegado al mismo tiempo que él. Enseñó su tarjeta de estudiante, sentándose en el primer asiento libre.
Se puso sus audífonos y siguió escuchando la canción.
— You belong with me...
Have you even thought just maybe...
You belong with me.— "You belong with me..." — susurró Karl, mirando por la ventana del autobús, que justo se paró. Lo que indicaba que alguien iba a subir.
Miró hacia la puerta, y Dios... ojalá no lo hubiera hecho, pues se sonrojó de inmediato al ver quién era.
Nada más, y nada menos, que Nick.
¿De verdad?, desde que lo conoció el día anterior en la cafetería, no dejaba de topárselo en todos lados.
Ay Dios, Nick llevaba aquella camisa de color negro, pegada a su cuerpo, que...
"No quiero pensamientos pecaminosos tan temprano..." pensó Karl, mirando como él subía, peinaba su cabello y se ponía una gorra.
Quizás mordió su labio inconscientemente.
Desvió su mirada al ver como Nick avanzaba. Mirando hacia la ventana de nuevo.
Una nueva canción se reprodujo.
— There I was again tonight
Forcing laughter, faking smiles
Same old tired, lonely place
Walls of insincerity, shifting eyes and vacancy
Vanished when I saw your face
All I can say is, it was enchanting to meet youSe sonrojó al oír esa canción. Enchanted. De Taylor Swift.
Nunca había sido tan fan de la canción, (principalmente, porque cuando era fanático de una canción era porque se sentía identificado con una letra). Y bueno, ahora sí que se sentía cercano a la canción. Más encima tenía a Nick en el mismo autobús, él era su Enchanted.
Para su suerte, Nick no se sentó a su lado. Estaba seguro que ni siquiera lo había visto. Lo cuál le alegraba, pues sentía que su cabello era un desastre ese día. (En realidad, siempre creía eso).
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JUDAS || Karlnap.
RomanceKarl es el chico más religioso, conservador e inocente de el mundo. Toda su familia adora a Dios y detesta todo lo que tenga que ver con el Diablo o "el mal", pero no podrían odiar nada más fuerte que el Satanismo. En cambio, Nick, o como prefiere q...