43|Malas noticias

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Pocos meses habían pasado desde la gran boda de Alexis y Marilyn

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Pocos meses habían pasado desde la gran boda de Alexis y Marilyn. La noche de bodas fue de las mejores para ambos y ni hablar de todas las actividades que hicieron como luna de miel. A pesar de que todo había sucedido en menos de seis meses,ella tenía unos grandes planes para su futuro junto a su esposo.

Pero todo se fue a a la basura.

La castaña caminó lentamente a la puerta de su casa sin ánimos. Sacó sus llaves y abrió vagamente la puerta para entrar. Cerró la puerta y dejó sus zapatos en la entrada como era de costumbre para ir a su habitación con lentitud. En el proceso pudo escuchar la voz de su amado gritando y riendo mientras jugaba en su ordenador. Ni eso la hizo sonreír.

Subió los pequeños escalones a su habitación entrando y dejando su bolsa en el sofá de la habitación. Se sentó en su lado de la cama y se dejó caer de lado subiendo las piernas. No se quitó su saco ni sus capas de ropa,menos su maquillaje o aretes,no tenía ganas de nada.

Horas pasaron y ella se quedó en la oscuridad de su habitación.

No pegó ojo ni un segundo. Solo pensaba en las malas noticias una y otra vez. Un rayo de luz entró a la habitación haciéndole saber que la luz del pasillo estaba encendida y que acababan de abrir la puerta,bueno,de empujar,porque realmente nunca la cerró.

"Hey." Sonrió su esposo al verla acostada allí en la cama al mismo tiempo que caminaba a ella. "No me dijiste que habías llegado." Dijo sentándose en su lado de la cama para quitarse el gorro dejándolo en el buró a su lado.

"..."

Alex frunció el ceño y volteó a verla. Analizó cada pequeña cosa de ella. Miró su ropa,tenía hasta los accesorios puestos. Miró su cabello,estaba intacto. Y su cuerpo le daba la espalda. Sabía con solo mirarla que llevaba horas acostada así sin moverse. Eso no era anda bueno.

"¿Chiquita?" Con cuidado se acercó y tomó a la fémina del hombro moviendo suavemente de este,no tuvo respuesta. "¿Qué pasó?"

"Fui al hospital.." susurró la voz opaca de la chica. Casi no se escuchaba.

"¿Al hospital?" Preguntó él. "¿Porqué? ¿Te pasó algo? ¿Porqué no me dijiste?" Rápidamente se pasó de su lado de la cama al de ella para inclinarse sobre esta mirándola mejor.

"Quería...Fui a hacerme una chequeo de diario con el ginecólogo y eso." Le susurró. Su rostro se veía desanimado. Sus ojos se veían apagados.

Alex no parecía comprender del todo la situación,por eso dejó que continuara hablando.

"Se que somos jovenes pero..ya sabes que siempre he querido hijos." Él asintió sonriéndole un poco mientras acariciaba constantemente su bicep con su pulgar y su mano sobre este. "Pensé que en un futuro podríamos tenerlos y como tenía cita médica con el ginecólogo pensé que podría...decirle y preguntarle si podría quitarme el DIU en un futuro sin que pase nada."

"Obviamente podrás,amor." Le sonrió él con cariño. "Y tendremos muchos hijos.." le susurró. "Bueno,no muchos,muchos no,máximo...mm..dos." Rió suavemente para mirarla a la cara.

Ella por primera vez en todo el rato volteó a verlo con tristeza en sus ojos. Su sonrisa cayó al instante. "Alexis.."

"..¿Sí?" Susurró.

"El doctor dijo que..que la dismenorrea no influye en la fertilidad, pero sí puede ser un síntoma de alguna afección que pueda provocar infertilidad." Murmuró. "Hicieron unos estudios y..." sus ojos se llenaron de lágrimas. "Soy infértil." Murmuró. "No puedo tener hijos."

Alexis miró a su esposa con tristeza. Él más que nadie sabía lo mucho que ella quería ser madre. Se agachó lo suficiente hasta cubrir su cuerpo con el de ella abrazándola en silencio frotando su mano en su piel como consuelo.

Esa noche escuchó a Mary llorar como nunca antes lo había hecho. No pudo hacer más que abrazarla y estar para ella. Se sentía inútil,porque no importa que dijera o cuantas veces la besara o abrazara,nada cambiaría.

¿De qué le servía ser su esposo si no podía detener su llanto y apagar su tristeza?

¿De qué le servía ser su esposo si no podía detener su llanto y apagar su tristeza?

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𝐊𝐢𝐬𝐬𝐲 𝐤𝐢𝐬𝐬! [Quackity x Female!Oc] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora