— Katria, quiero irme a casa— Dijo mi hermana en medio del caos de música de moda y gente alcoholizada.

— ¿Desde cuándo te quieres ir temprano? — Contesté

— Es que, no sé, me da mala vibra hoy—

— No seas aguafiestas, al menos dos canciones más— Realmente me estaba fastidiando que Kailani desee irse, justo cuando ese chico lindo de la banda que toca está mirándome descaradamente.

La música, la gente, el olor, la fina capa de sudor que cubría mi cuerpo excitado, todo comenzó a dar vueltas.

Perdí a mi hermana ¿A donde se había ido? ¿Me dijo que se iba? No creo que se marche sin mi, seguro está en el baño.

Unas manos heladas me taparon los ojos, un cuerpo masculino se me acercó en un abrazo

— ¿Dónde está tu hermana? — Preguntó León

Le quité sus manos de mi rostro, volcando lo que quedaba de mi bebida en mi hombro. Él no estaba muy contento pero a mi me causó gracia de todos modos.

— Ni idea, se quería ir a casa, así que no te sorprendas si desaparecemos en un par de canciones.

— ¿Por qué no la acompañaste?

— Porque pienso besar a ese chico lindo antes de irme a casa— León se giró para ver en la dirección que yo señale y ahí estaba él.

— Voy a buscar a tu hermana y nos vamos a comprar helado, a lo mejor así se anima—

— Bien—

No me importaba nada en absoluto, solo esos ojos que me comían con la mirada y mi ego que guiaba mi existencia.

Un beso, un beso único y pasional, como si hubiera estado la vida entera esperando ese momento, unas manos cálidas que subían por mi espalda hasta tomarme por detrás de la cabeza. Estaba decidida a entregarme esos instantes a todo lo que una dosis de amor significaba y luego...

Y luego todo explotó

El rostro de ese chico se deshacía en mi memoria, los ojos de León decepcionados, mi hermana y su rostro muerto, cubierto de sangre y escombro, todo comenzó a prenderse y apagarse en mi mente como flashes.

Si tan solo hubiera hecho caso...

Si tan solo ese muchacho no me hubiera mirado...

Si tan solo, unos instantes...

Mi hermana sabía, sabía de la bomba...

La carta de mi padre unos días antes...

¿Por qué no me lo dijo?

¿Por qué?

Desperté con el vómito que subió por mi garganta, corrí hasta el baño y liberé todo lo que había en mi estómago, si aún quedaba algo.

Aún medio despierta las imágenes seguían perturbando mi mente, me bañe con agua fría, no entendía muy bien cómo funcionaba esta bañera, intuía que con magia que yo no sabía utilizar claramente.

Un aroma floral subía desde la planta baja y lo único que logró es que empeoren mis náuseas. Me miré al espejo, mis ojeras no eran tan pronunciadas, tuve épocas peores, había casi salido de eso, quizás esto es un nuevo comienzo. Uno donde lograré de alguna manera vengar la muerte de mi hermana y mi madre.

¡Pero por favor! Solo escuchen lo que desvaría mi mente.

Cuando salí del baño ya había ropa sobre mi cama, un vestido ligero primaveral, con un escote recto y unas mangas largas color verde esmeralda. A un lado había una camisa (también verde) y unos pantalones marrón oscuro.

Academia de RebeldesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora