Es solo una película, ¿verdad? ( Fang x Max ) [ Brawl Stars ]

• Capítulo 6: Debate Interno

El nuevo atardecer pintó toda la ciudad donde la vida fluía con aparente normalidad. Calles llenas de gente que iba y venía, rascacielos iluminados por los últimos destellos del sol. Sin embargo, en medio de esa aparente tranquilidad, Meg, Surge y Max, los superhéroes encargados de mantener la seguridad, sabían que en cualquier momento podían surgir caos y amenazas al aventurarse en lo desconocido.

Max, la velocista enérgica, se sentía inquieta desde que aceptó la propuesta de Buzz para una película. Mientras se encontraba en el parque donde había atendido el sangrado de Fang, su mente estaba llena de dudas. Se sentó en una banca vacía, colocando sus manos en la cara, tratando de encontrar respuestas en el crepúsculo que caía sobre la ciudad.

Max: ¿Por qué es tan complicado? Si tan solo pudiera retroceder en el tiempo... —susurró, sumida en su confusión—. ¿Tomé la decisión correcta?

El suspiro escapó de sus labios mientras se dejaba envolver por la quietud del parque. Su smartwatch vibró, interrumpiendo sus pensamientos, y al ver el mensaje de Surge que preguntaba por su paradero, decidió compartir la dirección. La actitud de Max cambió desde aquel encuentro con Fang, y el recibir la tarjeta de Buzz. La idea de una película de alto nivel la abrumaba de cierta manera, y lo que más la preocupaba eran las responsabilidades asociadas con ser una superheroína.

Max: ¡Odio sentirme así! ¿Por qué ahora dudo de mi elección? Sé que puedo actuar, pero ¿y si no soy lo suficientemente buena? Surge está programado para ser genial, y Meg es una niña prodigio, no podrían entenderme —murmuró, sus pensamientos resonando en el tranquilo parque.

A medida que la noche caía sobre la ciudad, Max se puso de pie, decidida a enfrentar las incertidumbres que se avecinaban. El brillo de los edificios se mezclaba con la oscuridad del cielo, reflejando la dualidad de su papel como superheroína y la joven que lidiaba con sus propias inseguridades. Con un último vistazo al horizonte, Max se dirigió hacia la ubicación compartida, lista para encontrarse con Surge y sumergirse una vez más en la acción que su vida como superhéroe le deparaba.

Al llegar al lugar, encontró a Surge de pie, sus destellos LED iluminando la oscuridad circundante. El robot protector la miró con sus gafas negras preguntó:

Surge: Max, ¿todo está bien? — dijo mientras inclinó la cabeza, como si pudiera leer más allá de la máscara que Max intentaba mantener.

Max: Todo bien, Surge. Solo estaba reflexionando un poco. Pero estamos aquí para lo que sea que necesite nuestra ciudad. —de dio un pequeño golpe en el hombro juguetona.

Surge: Sé que ocultas algo —dijo, ofreciendo una pequeña sonrisa— ¿quieres hablarlo mientras hacemos el patrullaje?

La joven asintió, retomando el camino en la noche. Las luces de los postes comenzaban a iluminarse, creando destellos en las calles mientras se sumían en la oscuridad. En medio de ese silencio creciente, Max decidió sacar la tarjeta de su bolsillo, desencadenando un torbellino de pensamientos en su mente.

Max: Buzz me ofreció participar en una película en el antiguo Japón, sobre una maldición de un samurái. Me dijo que encajaría bien en un papel. Aún no lo tiene definido porque apenas se va a hacer el guion —comentó mientras le entregaba la tarjeta a su compañero.

Surge, con su habilidad para comprender las emociones humanas, posó una mano mecánica en el hombro de Max, buscando transmitir apoyo en ese momento de incertidumbre.

Surge: Entiendo que tengas dudas en participar. A decir verdad, te hablaré desde mi experiencia —sonrió un poco—. Buzz es alguien muy agradable como profesional y mantiene bien su orden como director.

Max: Me lo imagino. Al ser el mejor de todo Brawlywood, debe mantenerse así —dijo en un susurro, como si expresar esas palabras pudiera disipar la ansiedad que sentía.