• Capítulo 13: Reencuentro

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Han pasado varios días desde la última vez que Max vio a Fang. La noche de Navidad quedó grabada en su memoria, especialmente el instante en que recibió un regalo tan especial de él. A pesar de la emocionante sorpresa, Max no se atrevió a abrirlo de inmediato. La intensidad de la emoción la llevó a dejar que la intriga la envolviera, creando un suspenso que se adueñó de sus pensamientos.

Finalmente, un día no pudo resistirse más y decidió tomar nuevamente el regalo entre sus manos. Al hacerlo, su corazón comenzó a latir con fuerza solo al contemplar la caja envuelta en papel de regalo rojo, con un estampado de rayos algo descuidado que le daba un toque peculiar. Un gran moño verde adornaba la parte superior de la caja.

Con sumo cuidado, Max desenvolvió el regalo, permitiendo que un sonrojo intenso iluminara su rostro al descubrir el preciado tesoro: Cony Max, una colaboración con Line Friends de tres años atrás. Ya no era fácil encontrarlos; de hecho, parecían estar fuera del alcance de cualquiera. El corazón de Max latía con fuerza mientras sostenía el peluche en sus manos.

Max: Pero... ¿cómo consiguió uno? —se preguntó a sí misma, observando el peluche de conejo vestido como ella. —Esto es tan...

Las palabras se atascaron en su garganta, así que abrazó el peluche con una emoción antes de saltar de alegría. Aunque no conocía tan bien a Fang, el regalo la hacía sentir tan especial y querida que se recostó en la cama antes de examinar completamente el peluche, notando algo peculiar en la etiqueta.

Max: ¿Qué es esto? —dijo, mirando con atención la etiqueta—. Espera... pero si es su número de teléfono.

Un grito de alegría escapó de los labios de Max mientras abrazaba con más fuerza el peluche. El sonido agudo alertó a sus amigos, quienes, preocupados, abrieron la puerta de su habitación.

Meg: ¿Qué pasa, Max? ¿Estás bien? —preguntó con angustia.

Surge: ¿Se volvió a meter la abeja? —bromeó, examinando la habitación.

Max se quedó sin palabras; su rostro se tiñó de un sonrojo evidente ante la inesperada intrusión de sus amigos. La atmósfera en la habitación estaba cargada de risas y curiosidad. En medio del bullicio, Max finalmente encontró el coraje para compartir su tesoro con sus amigos, levantando el peluche con una sonrisa nerviosa.

Max: No es nada importante, solo que... ¿recuerdan al chico del cine? Pues miren lo que me regaló. —susurró con timidez mientras exhibía el tierno peluche.

Surge: ¡Wuuuh! No puedo creer que te diera un Cony Max. Se agotaron en las primeras semanas. —exclamó, mostrando gran asombro y celebración.

Meg: No pensé que te lo regalaran, que genial. —mencionó con una sonrisa.

Max: Lo sé, es totalmente increíble, Fang. —añadió con energía— Realmente no me esperaba que alguien me regalara esto.

Meg: Sí, parece que Fang te tiene un gran cariño para que estés tan feliz. —comentó mirando el peluche.

Max: Sí, supongo que sí. —respondió en un susurro, sintiendo cómo el rubor se intensificaba en sus mejillas— Es solo que estar con Fang me hace sentir feliz.

Meg: Ahora todo ya tiene más sentido —mencionó un poco pensativa— parece que nuestra líder ya tiene una explicación para nosotros.

Max: ¿Explicación? ¿De qué? Y-yo no tengo nada que ocultarles, solo es un simple regalo... —desvió la mirada nerviosa.

Meg: Estuve checando tu pulso desde tu smartwatch, estás sonrojada, distraída en las misiones y desde aquella vez que te vi tan concentrada en tu celular me lleva a la conclusión de...

Es solo una película, ¿verdad? ( Fang x Max ) [ Brawl Stars ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora