𝐎𝐖𝐍𝐄𝐑 || 𝐘𝐎𝐎𝐍𝐌𝐈𝐍

⛓️ I could be your liar ¡!

Yoongi sobo sus ojos cuando apago el auto, había tenido un día largo y agotador luego de haber recibido una llamada de su secretario que le informaba de un inconveniente y debía de trabajar un sábado. Si había algo que Min odiaba era tener que ir a la oficina un sábado, ese día solo pensaba en una cosa: Park Jimin. Habían estado en un tiempo de abstinencia desde la última vez que se comió su coño en la oficina, así que haberlo dejado en su casa por todo un día solo empeoraba las cosas.

Salió de su auto y observo que las cosas que había dejado en su garaje se habían colocado en su lugar, así que sonrió. Abrió la puerta para ingresar a su hogar y lo primero que escucho al empezar a subir por las escaleras fue una de las tantas canciones de Taylor Swift que Jimin tanto amaba. Yoongi arqueo una ceja y subió hasta el último piso, donde sintió el ruido con mucha más fuerza. Al llegar al primer piso busco al chico con la mirada, pero solo encontró la sala principal sumamente ordenada con el piso totalmente limpio. Yoongi camino hasta la zona donde estaba la televisión encendida y en medio del salón presenció un Jimin saltarín que cantaba con un gran talento.

"I know places" del álbum 1989 (Taylor's version) estaba siendo reproduciendo en la pantalla mientras que Jimin sostenía el control remoto y lo usaba como micrófono para entonar la letra de la canción, mientras iba moviendo sus caderas y dando saltos, dejándose llevar por el momento. Yoongi se apoyó en la pared y se dejó envolver por la melodiosa voz del chico que intentaba hacerlo los altos lo mejor posible, si bien no llegaba a la nota, no estaba quedando tan mal. Si lo metía en algún tipo de curso lograría perfeccionar su don.

Min bajo la mirada al cuerpo de Jimin y aprecio como todo su cuerpo yacía cubierto por ropa interior transparente. Sus bragas tenían un precioso encaje que dejaban a la vista su gran trasero. Su cintura había mejorado, pero aun mantenían esa esencia masculina que tanto ansiaba Jimin. Su pecho estaba cubierto como siempre y en su cuello llevaba su típico collar. Además, todo desde su torso hasta el en inicio de los muslos era cubierto por un vestido semitransparente que le dejaba ver todo. Todo en hermosos tonos morados que combinaban a la perfección con su sensual cuerpo que estaba sin ninguna marca... Por ahora.

Cuando la canción acabo, Jimin paro a tomar un respiro. Giro a buscar su vaso con agua y al alzar la mirada se encontró con un sorprendido Min Yoongi que parecía comérselo con la mirada. Instintivamente su cuerpo camino hasta el hombre y cuando estuvo lo suficientemente cerca se colocó de rodillas. Jimin junto sus manos, mirándolo como un niño curioso, pero sin decir absolutamente nada hasta que le den la autorización.

Era fin de semana, los fines de semana Jimin se quedaba en la casa de Min y todas sus reglas de aplicaban, por lo que debía de dirigirse con respeto y reconociendo su dominancia. En esos días Jimin tenía prohibido usar su celular o salir de la casa al menos que sea sumamente necesario. También debía de usar los trajes que Yoongi eligiera, todos correspondían a lencería que no dejaban nada a la imaginación. En sí, Jimin se desconectaba de todo el mundo para darle el poder a Yoongi y que decida que hacer, cuando hacerlo y todo. Le ayudaba a liberarse de la rutina y dejar de pensar por un segundo.

—Buen chico —los cabellos de Jimin fueron acariciados con cuidado, haciéndolo sonreír—. Levántate, quiero me acompañes a la cocina.

Jimin se colocó de pie y camino detrás de él, disfrutando del silencio que se formaba en la casa. No había una chica limpiando el suelo, no había un mayordomo ordenando la sala, solo eran ellos dos en esa gran casa. Nadie los molestaría, nadie los criticaría; para Jimin era perfecto.

—¿Almorzaste? —pregunto Yoongi mientras abría la puerta de la refrigeradora y veía que cosas había y que debía de mandar a comprar.

— Si, me pedí comida japonesa. — indico mientras tomaba asiento en una de las sillas que tenía la isla que estaba en medio de la habitación.