CAPITULO 3

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Los rayos de sol que se filtraban por la ventana despertaron lentamente a Tommy. Por un momento, se sintió desorientado hasta que los recuerdos de la noche anterior volvieron a su mente.

La angustiante escena con su ex Alex, la rápida intervención de la policía, el consuelo de sus amigos...había sido una montaña rusa de emociones.

Tommy se levantó del sofá, arropándose aún con la manta que Charles le había puesto. Fue hasta la cocina a prepararse un café bien cargado. Necesitaba espabilarse.

Mientras se servía la humeante taza, su teléfono sonó con una videollamada entrante de Charles. Tommy sonrió y contestó.

-¡Buen día! ¿Cómo amaneciste después de...ya sabes...todo? -preguntó Charles, su rostro denotando preocupación.

-Mejor, mucho mejor ahora que tomé una buena dosis de cafeína -bromeó Tommy para aliviar la tensión-. Gracias de nuevo por todo, Charles.

Se pusieron al día con los eventos de la noche previa. Charles le aseguró que todos estaban orgullosos de su valentía y disposición para ayudar a Alex, a pesar de su complicada historia.

Era un nuevo día y Tommy se sentía optimista. Con el apoyo incondicional de sus amigos, estaba listo para dejar el pasado atrás y mirar al futuro.

Luego de despedirse de Charles, Tommy se duchó y se vistió para empezar el día. Mientras se preparaba un desayuno ligero, sus pensamientos volvieron a Max.

Recordó la amena conversación que habían entablado en la fiesta antes de que todo se complicara. Había congeniado mucho con el piloto holandés. Esperaba poder retomar ese acercamiento en otro momento más propicio.

De camino a la oficina, Tommy pasó por la comisaría para poner una orden de restricción contra Alex luego de lo sucedido. Afortunadamente le concedieron una rápidamente debido al claro patrón de acoso. Eso lo alivió bastante.

Ya en Ferrari, sus amigos lo recibieron con palabras de aliento y abrazos reconfortantes. Tommy se sentía dichoso de contar con ese círculo de apoyo.

Durante la tarde, mientras revisaba unos documentos en el paddock, levantó la vista y vio a Max caminando hacia él. Su corazón dio un vuelco, no esperaba encontrárselo tan pronto. Pero estaba feliz de tener una segunda oportunidad con el piloto que lo intrigaba tanto

Max se acercó con semblante serio y mirada cálida.

—Tommy, quería verte y comprobar que estuvieras bien luego de...ya sabes.

—Sí, estoy mejor ahora, gracias —respondió Tommy con una leve sonrisa—. Fue una noche difícil pero ya pasó.

—Me alegra oír eso. Admiré cómo manejaste la situación, no cualquiera hubiera hecho lo mismo. Tienes un gran corazón.

Tommy sintió que se ruborizaba ante el genuino cumplido de Max.

—Bueno, solo hice lo que creí correcto en el momento. A veces actuar es mejor que quedarse paralizado.

—Ciertamente. Oye, sé que puede ser pronto pero...¿te gustaría ir a tomar un café después del entrenamiento? Para despejar la mente.

El rostro de Tommy se iluminó ante la invitación.

—Me encantaría, Max. Gracias por la propuesta.

Intercambiaron números y quedaron en reunirse al finalizar el día. Tommy no cabía en sí de emoción. Esto se sentía como un nuevo comienzo, lleno de futuros cafés, charlas profundas y conexiones genuinas con Max.

Luego de concretar los planes para tomar un café, Tommy siguió revisando unos documentos camino a la oficina. Distraídamente, no vio que Lance Stroll venía en dirección contraria, también concentrado en su teléfono.

De repente, ambos chocaron hombro con hombro, haciendo que las hojas que Tommy cargaba se esparcieran por el piso.

-¡Lo siento, Tommy! Fue mi culpa, déjame ayudarte -se disculpó Lance apenado.

-No te preocupes, iba distraído -respondió Tommy agachándose para recoger las hojas.

En ese momento, Max apareció y se unió a ayudarlo. Juntos reunieron rápidamente todos los papeles desordenados.

-Listo, crisis evitada -dijo Max entregándole el montón de hojas a Tommy con una sonrisa.

-Gracias Max, me salvaste. Eres mi héroe por partida doble -bromeó Tommy con gratitud.

Intercambiaron una mirada cómplice y siguieron cada uno con sus actividades, anticipando el momento de su café al final del día.

El accidentado encuentro solo había reafirmado el interés mutuo y la creciente conexión entre ambos. Tommy contaba los minutos para salir de la oficina e iniciar lo que esperaba fuera la primera de muchas citas con Max.

Más tarde ese día, Tommy se encontraba organizando unos archivos en su oficina cuando sintió unos brazos rodearlo en un efusivo abrazo por la espalda.

-¡Tommy! ¡No te librarás de mí tan fácil! -exclamó Arthur con su habitual energía.

Tommy soltó una carcajada por la sorpresiva muestra de afecto de su amigo.

-Arthur, me asustaste. -dijo dándose la vuelta para devolverle el abrazo.

-Uy lo siento,  -se disculpó Arthur -. Solo quería darte un abrazo de oso y decirte que te quiero, hermano.

-Yo también te quiero, aunque trates de romperme las costillas -bromeó Tommy alborotándole el pelo juguetonamente.

El gesto espontáneo de Arthur lo había llenado de alegría. La calidez de sus amigos le recordaba que no estaba solo y podía contar con ellos incondicionalmente.

Con renovadas energías, Tommy partió poco después a su esperado café con Max. Las muestras de afecto de quienes lo rodeaban le daban el apoyo que necesitaba para seguir creciendo como persona y abriendo su corazón a nuevas posibilidades.

Luego de un ajetreado día en Ferrari, Tommy terminó su jornada laboral con entusiasmo, anticipando su café con Max. Se dirigió al estacionamiento, donde habían acordado verse.

Al llegar, vio que Max ya lo esperaba recostado en su auto deportivo color rojo. Cuando lo vio acercarse, su rostro se iluminó con una amplia sonrisa.

-¡Tommy! ¿Listo para esta necesaria dosis de cafeína? -preguntó Max animado, abriéndole caballerosamente la puerta del copiloto.

-Totalmente listo. Muero por un buen latte -respondió Tommy subiendo al auto y abrochándose el cinturón.

Max condujo hacia su cafetería favorita, donde podrían conversar tranquilos, lejos del ajetreo del paddock. Durante el camino intercambiaron anécdotas y bromas, mientras la puesta de sol teñía el cielo de tonos anaranjados.

Al llegar, se acomodaron en una mesa junto a la ventana. Charlando amenamente mientras disfrutaban de sus bebidas calientes, Tommy sentía que congeniaba cada vez más con Max. Estaba feliz de compartir este momento de calma y conexión luego de las intensas emociones de los días previos.

Tommy se disculpó para ir al baño un momento. Max se quedó contemplando por la ventana la tranquila puesta de sol mientras lo esperaba.

Cuando Tommy regresó, Max desvió la mirada del teléfono rápidamente. No quería que Tommy pensara que estaba husmeando en sus cosas.

"Discúlpame, tu fondo de pantalla se encendió por accidente mientras dejabas el teléfono sobre la mesa" explicó Max apenado.

"No te preocupes, no hay nada privado ahí" dijo Tommy restándole importancia con una sonrisa.

Max se relajó y retomaron su amena conversación. Se sentía cómodo compartiendo anécdotas y opiniones honestas con Tommy.

Estaba contento de haberlo invitado a ese café para conocerlo más a fondo. Tommy era una persona genuina y considerada. Max aspiraba a cultivar una amistad sincera y respetuosa con él.




Carreras Cruzadas ( Max Verstappen x Male Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora