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ᴸᵃ ᵖʳᵉˢᵉⁿᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿ.⁰³
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—Tú... —por fin sus miradas se encontraron. Ya no estaban llenas de sorpresa, sino de odio.

—¿Yo... qué? —Jude no respondió, se quedó mirándola fijamente. La voz de Ona sonó algo brusca, por lo que los padres de ambos jóvenes se miraron entre ellos.

—¿La conoces, hijo? —la madre del chico lo miró extrañada.

—No, ¿por qué lo haría? —mirando a la fémina con su inconfundible desprecio pronunció cada palabra. Era como si le estubiera pasando la pregunta a ella para que la respondiera. Pero Ona tonta no era, por lo que solo decidió “presentarse” ante él.

—Bienvenido al equipo, Jude. —soltó su nombre como si de algo miserable se tratase. Sus ojos lanzaban fuego. ¿Por qué mierda tenía que verlo de nuevo, que era lo que tenía que pagar para tal tortura?, eso pensaba ella.

—Soy Ona. —estiró su mano esperando a que este la estrechara con la suya, y una vez lo hizo, apretó su mano con toda la fuerza y rabia que tenía acumulada. Pero no obtuvo respuesta, ni siquiera expresiva por parte de su víctima.

—Encantado... Ona —intentó disimular, pero fue en vano. Los expectantes de la escena, algo incómodos, decidieron ir a por una bebida, así que, evitando una catástrofe, se llevaron el problema a otro sitio. Fueron a la barra.

Cada uno pidió su cóctel deseado y los dos queridos “amigos” seguieron con sus bonitas miradas entre ellos. Hasta que, por fin, Ona decidió agarrarlo del brazo cuando ninguno miraba y llevarlo al otro rincón del lugar donde se encontraban.

—¿Qué coño haces aquí? —colocó sus manos en su cintura en forma de jarra, con sus cejas bien unidas.

—Según tengo entendido, fue tu padre quien habló por mí. ¿No te lo dijo, o qué? Además, así lo quise yo. Aunque si hubiera sabido que estabas aquí me lo habría pensado dos veces—se quedó pensando—Además, ¿por qué debería darte alguna explicación? Tú no me diste ninguna cuando decidiste denunciarme e irte al momento.

—¿Sigues con eso en cabeza? Joder, te cuesta superar las cosas, eh. No te imagino como serás con tus exnovias...

—¡Vete a la mierda! La policía vino a mi casa diciendo que una chica que había estado recientemente conmigo había llamado diciendo que tenía droga. ¿Quién pudo haber sido? —preguntó esto último con ironía—. Podrías haberte cargado mi reputación y carrera si se hubiera llegado a difundir.

—Qué curioso, ahora soy yo la que te dice: "Me importa entre poco y absolutamente nada.” —la mirada del moreno se oscureció por momentos. Quería a, pero debía contenerse.

𝑈𝑁𝐴 𝑁𝑂𝐶𝐻𝐸 𝑀𝐴́𝑆, ㅤ 𝙅𝙪𝙙𝙚 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙞𝙣𝙜𝙝𝙖𝙢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora