𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

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Paso 4: ¿Qué esta pasando?

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Paso 4: ¿Qué esta pasando?

Mi respiración se volvió irregular, a pesar de que la mano de Mila todavía cubría mis labios. El ambiente entre nosotras se había vuelto tan espeso que parecía que cualquier movimiento podría romper el momento o, por el contrario, desatar algo que no sabía si estaba preparada para enfrentar. Sus ojos permanecían fijos en los míos, y el aire a nuestro alrededor estaba cargado de tensión.

Mila no se movió, no apartó la mano de mi boca. Si algo, sus dedos se aflojaron ligeramente, y me di cuenta de que mi corazón latía más fuerte por ella que por el hecho de que estuviéramos espiando a Ginny y Pansy. Por un instante, olvidé todo sobre el plan que se suponía estaba llevando a cabo. Olvidé los pasos que había trazado meticulosamente para conquistarla. Estábamos a centímetros de distancia, y la razón ya no tenía mucho espacio en mi mente.

—No vayas a decir nada,— murmuró, su voz apenas un susurro, pero había algo en su tono que no era solo por miedo a que nos descubrieran. Había un dejo de vulnerabilidad en su mirada, algo que no había visto antes en Mila Malfoy. La chica arrogante y segura de sí misma parecía... ¿dudosa?

Intenté asentir bajo su mano, y ella, al darse cuenta de que no iba a hacer ruido, lentamente la retiró. Pero no retrocedió. No volvió a poner distancia entre nosotras. Sus dedos se deslizaron por mi mejilla de forma casi imperceptible antes de que bajara la mano por completo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante su tacto, y sabía que lo había notado porque una leve sonrisa se curvó en sus labios.

—No sabía que eras tan nerviosa, Granger,— bromeó, pero su voz estaba cargada de algo más. Algo que hizo que mi piel se erizara.

Antes de que pudiera contestar, un murmullo más fuerte desde donde estaban Ginny y Pansy nos hizo volver la atención hacia ellas. Ambas se habían quedado en silencio, y desde donde estábamos, parecía que Pansy había finalmente encontrado el valor para acercarse a Ginny. Sus manos estaban peligrosamente cerca, sus rodillas tocándose. Mila arqueó una ceja, satisfecha, pero su atención no permaneció mucho tiempo en ellas. Volvió a mirarme.

—Parece que nuestro plan va mejor de lo esperado, ¿no?— dijo, pero su tono sugería que su mente estaba en otra cosa.

Asentí, mi boca seca. Pero entonces, en un giro inesperado, sentí que la cercanía de Mila volvía a afectarme. Tal vez fue el atrevimiento de haber llegado tan lejos en este juego de miradas y caricias sutiles, o tal vez el hecho de que estábamos solas, separadas de los demás, en un rincón apartado del lago. Mila se inclinó un poco más, su cuerpo apenas rozando el mío.

—No creí que fueras capaz de mantener un secreto tan bien, Granger,— murmuró, su voz acariciando mi oído. Pude sentir su respiración, y mi estómago se revolvió ante la proximidad. Sus labios estaban cerca, demasiado cerca, y mi cabeza giraba entre la conciencia de lo que estaba pasando y el desconocimiento total de cómo manejar la situación.

Un plan para enamorarte - Hermione Granger -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora